Importancia de las Relaciones de Poder
El término ‘poder’ es un término que a primera vista parecería fácil de explicar pero que puede implicar una profunda reflexión. Cuando pensamos en el poder, solemos pensar en el poder político, aquel que se ubica por sobre nosotros y que toma decisiones por nosotros (los ciudadanos), representándonos en mayor o menor grado. Sin embargo, este no es el único tipo de poder y es importante clarificarlo para comprender su importancia.
Las relaciones de poder existen desde las primeras sociedades humanas
Para comprender qué es el poder y por qué es importante, debemos entender que el mismo existe desde siempre, en todos los tipos de sociedades humanas (y también en las comunidades animales). Las relaciones de poder se establecen entre dos o más individuos y suponen el dominio de uno hacia el otro. Si bien estas relaciones muchas veces pueden establecerse en base a necesidades (por ejemplo, la necesidad de que alguien tome decisiones por otro que no puede), muchas veces pueden implicar una desigualdad muy grande.
En el caso del ser humano, el poder se comenzó a establecer en los últimos períodos de la prehistoria, cuando los sujetos comenzaron a establecerse en zonas fijas y la división de tareas hizo que algunas personas se ocupen de ciertas actividades de mayor importancia y otras de otras menos reconocidas. Esa diferenciación no fue natural e implicó que lentamente aquellos que tuvieran más poder dominaran al resto.
El poder no es sólo político: clarificar esto es importante para comprender nuestro comportamiento
Hasta aquí, entendimos al poder político. Pero es necesario prestar atención al hecho de que el poder es un fenómeno que se hace presente en todas las relaciones humanas: en la familia, en la pareja, en las amistades, en la hermandad, en el trabajo. Siempre en una relación de dos o más personas habrá alguien que actúe como líder y que decida por los demás, en mayor o menor medida, más o menos explícitamente.
El poder es casi un elemento intrínseco a la vida humana, que supone una predisposición hacia el dominio sobre el otro. En este sentido, no existen casi experiencias en las que se haya podido mantener una comunidad de iguales por mucho tiempo en la historia sino que siempre alguna persona o grupo de personas debió destacar por sobre el resto. La importancia yace entonces en reconocer que el poder es un fenómeno característico de las relaciones sociales y que muchas veces puede ser peligroso, pero tantas otras necesario.
Imágenes: Fotolia – Edhar / Robin
Trabajo publicado en: Jul., 2017.
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