Importancia de la Sensibilización
La sensibilización se asocia a los estímulos que nosotros podemos recibir a través de nuestro cinco sentidos (tacto, olfato, visión, audición y gusto) y que de algún modo activan a nuestro cerebro despertando emociones, generando sentimientos, logrando estimular una parte emocional de nosotros mismos, y en general la sensibilización siempre tiene un objetivo.
Vamos entonces con ejemplos. Hablamos de sensibilización cuando se desarrolla una campaña de “bien público”. Supongamos que pertenecemos a una asociación sin fines de lucro que fundó un hogar de niños y niñas huérfanos, y necesitamos recaudar fondos económicos que permitan el mantenimiento y poder entonces así sostener nuestra causa –materializada en el hogar-. Entonces, necesitaremos sensibilizar a la población de la localidad o ciudad donde se encuentra el hogar, de modo que incentivemos o estimulemos a la gente a que efectúe donaciones al hogar. Una campaña de sensibilización intentará despertar sentimientos como bondad o solidaridad en las personas, a partir de los sentidos, como podría ser en este caso la vista o el oído. Por ejemplo, podemos realizar un spot radial con voces de los niños y niñas, o realizar un pequeño spot audiovisual mostrando parte de las instalaciones del hogar o las actividades y servicios de los que disfrutan los niños que allí viven.
Pero también el objetivo puede ser otro, como la prevención. Este tipo de objetivos pueden ser los de secretarías o ministerios de gobierno, organizaciones o fundaciones especializadas y que trabajan con una determinada problemática social. Un ejemplo podría ser la sensibilización acerca del uso de cinturones de seguridad al momento de conducir o trasladarse en un automóvil, porque las últimas estadísticas revelan que un alto porcentaje de las muertes registradas en el lapso de un determinado tiempo se han producido en rutas, caminos y calles, con graves faltas de conducción, seguridad y tránsito. Una opción podría ser sensibilizar a la población a través de un sentido como la visión, mostrando estadísticas o imágenes de vehículos chocados o volcados en rutas y calles a causa de accidentes de tránsito.
Más allá de esto, podemos estar frente a un acto de sensibilización en muchas otras ocasiones que no tienen que ver con campañas, fundaciones o propagandas. Por ejemplo, cuando le pedimos a nuestro hermano mayor –o menor, tómese cualquiera de los casos- que nos preste esa prenda de vestir que queremos usar y le pertenece, o cuando queremos convencer al profesor de que no tome la lección sorpresa que acaba de anunciar, y para la cual, sin dudas, (casi) nadie ha estudiado.
Esos ejemplos, así cotidianos, cercanos y hasta un poco graciosos o cómicos que puedan resultarnos, son ejemplos de actos de sensibilización, donde una o más personas buscan sensibilizar a otros u otros, apelando a sus sentidos y emociones, a través de estímulos diversos: visuales, auditivos, gustativos, táctiles u olfativos.
Trabajo publicado en: Sep., 2013.
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