Significado de mimetismo Definición, ejemplos, función, batesiano y mülleriano
Licenciado en Biología
El mimetismo es una estrategia evolutiva muy común en el reino animal que les permite a ciertas especies protegerse de los depredadores haciéndose pasar por otra especie.
Hacerse pasar por otro es algo muy útil en la naturaleza: puede confundir a los predadores o a los competidores o ayudarles a los predadores a acercarse a sus presas sin ser descubiertos. El mimetismo es una estrategia de engaño; hacerse pasar por otro para esquivar situaciones peligrosas. Esta estrategia les permite a los organismos miméticos engañar a los depredadores o confundirse con especies que pueden ser venenosas, malolientes o desagradables de otras formas para disuadir el ataque.
El mimetismo es una interacción de tres especies. El mimético es aquel organismo que imita aspectos morfológicos, de comportamiento o ambos de otra especie, el que es el modelo. Hay una tercera especie implicada: aquella a la cual va destinado el engaño: el receptor. Por ejemplo, una presa puede adquirir características de una especie que no es la presa habitual del predador. La especie presa es la especie mimética, el predador es el receptor y la especie que es copiada, es el modelo.
El mimetismo como función estratégica evolutiva
El mimetismo, como cualquier otra adaptación, surge por selección natural. Si en el contexto de una especie, parecerse a otra es benéfico (por ejemplo, en el caso que hemos mencionado de la presa que se mimetiza con una especie que no es perseguida por su depredador), entonces, aquellos individuos que tengan más rasgos parecidos, o, dicho de otra manera, tengan un parecido mayor con el modelo, tendrán una ventaja sobre el resto (serán perseguidos y cazados menos intensamente por el depredador).
Los genes responsables de este parecido se trasmitirán con más probabilidad a la próxima generación, y así, generación tras generación, el parecido que permite engañar al predador se va perfeccionando a la vez que se vuelve más común en la población.
Con el tiempo, la similitud puede volverse tan exacta que resulta difícil distinguir a simple vista a la especie mimetizada de aquella a la que imita.
El mimetismo puede imitar cualquier aspecto de otra especie que sea relevante para el receptor, no solo la apariencia.
Nosotros tenemos un sentido de la vista muy desarrollado entre los mamíferos; por lo que nos relacionamos con el entorno casi exclusivamente a través de la vista.
Pero para un animal cuyo depredador se guía por el olfato o la audición, de nada le sirve imitar la apariencia de otra especie, pero imitar el olor o los sonidos si puede resultar en un mimetismo exitoso.
El mimetismo es una estrategia diferente al camuflaje. En el camuflaje, una especie imita elementos inanimados de su entorno para pasar desapercibida. Algunos ejemplos son los insectos que se confunden con hojas, los insectos palos semejantes a ramas (incluso, estos animales se mueven lentamente, porque si eres una rama, no es esperable que salgas corriendo). Existen animales que imitan la textura de la corteza de los árboles, la textura de las rocas o de la hierba para ocultarse.
El camuflaje es una estrategia de ocultamiento. El objetivo del animal que se camufla es ocultarse. El mimetismo, en cambio, tiene por objetivo causar confusión.
Tipos y ejemplos de mimetismo
Existen diferentes tipos de mimetismo definidos según la especie a la cual se parecen los organismos mimetizados. Los principales son:
Mimetismo batesiano
Una especie inofensiva se asemeja a una especie venenosa o desagradable para los depredadores. Así, la especie inofensiva obtiene protección al ser confundida con la especie temida.
En las selvas de la región amazónica existen mariposas inofensivas del género Heliconius que muestran patrones de color similares a los de una especie de mariposa venenosa del género Ithomiinae. Los depredadores de mariposas han aprendido a evitar la especie tóxica, por lo que no la molestan.
La especie inofensiva obtiene una clara ventaja al ser confundida con su vecina venenosa, ya que los depredadores que han aprendido a evitar a las mariposas venenosas no las molestan.
Otros casos de mimetismo batesiano se observan entre especies de serpientes venenosas y culebras. Algunas especies de culebras inofensivas han adquirido una similitud muy grande con especies muy venenosas.
En América del Sur, hay un grupo de serpientes muy venenosas de la familia Elapidae (la misma familia de las cobras africanas), conocidas como serpientes de coral; con un patrón de coloración de anillos blancos, negros y rojos bastante llamativos. Esta es una coloración de advertencia, o aposemática. Muchos animales venenosos tienen colores brillantes, usualmente rojos, amarillos, naranjas.
Estos colores de advertencia les está informando a todos los demás que si se meten con ellos pueden terminar envenenados. La misma coloración aposemática se observa en las ranas venenosas de América central.
Hay un grupo de serpientes inofensivas, que se alimentan de anfibios y roedores, y carecen por completo de veneno, que imita la coloración aposemática de las corales. Estás culebras se denominan falsas corales, y mediante su engaño, logran no ser molestadas.
Mimetismo Mülleriano
Ocurre cuando dos o más especies tóxicas o desagradables desarrollan una semejanza mutua. En este caso, el beneficio para ambas especies es que los depredadores aprenden a identificar más rápidamente el patrón peligroso. Al ser las dos especies peligrosas, los depredadores aprenden a evitar a cualquier especie que tenga ese patrón. Así, el mimetismo mülleriano aporta un beneficio para ambas especies.
Este tipo de mimetismo refuerza la respuesta de evitación del predador, que no puede distinguir entre una especie y otra, pero una mala experiencia con cualquiera de las especies le es suficiente para evitar a todas las especies con ese patrón.
Muchas especies forman complejos de especies con mimetismo mülleriano, pueden ser hasta decenas de especies con la misma coloración.
Por ejemplo, en América del Sur viven varias especies de abejas sin aguijón. Estas pequeñas abejas tienen patrones de coloración similar, indicando la presencia de veneno. Basta que un predador sea picado por cualquiera de las especies para que aprenda a evitar a todas por igual.
El mimetismo mülleriano es un ejemplo de convergencia evolutiva donde múltiples especies adoptan características similares en respuesta a una presión selectiva común, que es la de mantenerse a salvo de sus depredadores.
Trabajo publicado en: Ene., 2024.
Referencias
Ricklefts, Robert E. (2001). Invitación a la Ecología: La economía de la Naturaleza (4ta ed.). Médica Panamericana, Buenos Aires. Cap. 18 “Interaciones entre especies” pp. 424-427Escriba un comentario
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