Definición de Obelisco

Cada nación ostenta en sus principales ciudades o en lugares destacados de su historia monumentos que tienen la misión de rendir homenaje a alguien o de conmemorar un hecho notable. En tanto, el Obelisco, es uno de los monumentos más destacados y populares destinados a conmemorar alguna circunstancia y que además de por el suceso que relevan se destaca por su singular fisonomía: una forma de pilar tremendamente alta, que justamente sobresale por ello, con cuatro caras iguales y que culmina con una punta piramidal.

Origen Egipcio

El obelisco es una construcción ciertamente milenaria ya que el primero del que se tiene registro histórico data de unos dos mil quinientos años antes del nacimiento de Cristo, en la civilización egipcia. Y fue justamente en el Antiguo Egipto donde esta edificación tan singular y con una impronta estética tan original supo destacarse. Eran tallados en piedra y se los solía emplazar en pares en los ingresos de los templos.

Su difusión y construcción por todo el mundo

Pero esta construcción con el tiempo se extendió por el mundo entero y hoy es posible encontrarse con muchos Obeliscos en todo el mundo. Tienen un fin conmemorativo y son el resultado de la imitación de aquellos originarios de Egipto.

El Obelisco de Buenos Aires y el de Washington, algunos de los más destacados

En muchas ciudades de Europa y del continente americano se erigen los obeliscos, destacándose dos en especial, el que se halla en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires en Argentina y aquel cito en la capital de Estados Unidos, Washington y que justamente se denomina como Monumento a Washington porque la idea de su emplazamiento fue rendirle un homenaje al primer presidente estadounidense, George Washington.

Por su parte, el tradicional monumento conocido como Obelisco, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, es uno de las construcciones más interesantes y magníficas de Sudamérica. Ubicado en la avenida principal de la ciudad, la 9 de Julio, este obelisco ha sido construido para celebrar los 400 primeros años de la ciudad. Hoy en día, es uno de los símbolos más importantes de la ciudad, visitado por miles de turistas y recorrido por los mismos porteños a diario al estar en el centro operativo de la ciudad.

El Obelisco de Buenos Aires es uno más de todos los obeliscos que se encuentran diseminados por el mundo. Este tipo de construcción ha sido elegida por numerosas culturas para representar la unión del mundo terrenal con el mundo celestial y es por esto que tanto en Egipto, en diferentes países de Asia y en Europa se hallan numerosos modelos.

En lo que respecta al Obelisco porteño, podemos decir que éste es uno de los más impresionantes en lo que hace a dimensiones

Comenzado en 1936 y habilitado el mismo año, dos meses después, el Obelisco cuenta con casi 70 metros de altura (67, 5 para ser más exactos), mientras que su base tiene 6,80 metros de lado. El Obelisco no está abierto al público pero sí tiene un importante sistema de escaleras internas que permiten llegar a su punta. En ella se halla una pequeña ventanita que permite obtener las mejores vistas de la ciudad. En la base del Obelisco se encuentran diferentes inscripciones que justifican el porqué de su construcción y de su emplazamiento ya que sostiene la historia que en el lugar donde hoy se ubica este monumento fue el lugar donde se hizo por vez primera la Bandera de la Nación Argentina.

El Obelisco conecta dos de las avenidas más importantes de la ciudad, la ancha avenida 9 de Julio (que corre de norte a sur) y la avenida Corrientes (que corre de este a oeste). A su alrededor se ha construido una amplia plazoleta a cada lado para enmarcar el tránsito y para que los turistas y visitantes puedan disfrutar de tal hermoso monumento. Normalmente, el Obelisco es un importante elemento decorativo para campañas solidarias y de compromiso social.

Atractivo turístico

Debemos decir que estos monumentos disponen de un atractivo turístico importante, siendo visitados por miles de turistas que llegan a las mencionadas ciudades con la intención de visitarlos, en aquellos casos que sea posible ingresar en ellos y además por supuesto tomarse la típica instantánea junto a ellos.