Definición de Parsimonia
La parsimonia sirve para definir una forma de hacer las cosas donde prima la calma y la tranquilidad, pudiendo llegar a tener incluso una connotación negativa. Por otra parte, en ocasiones, también se utiliza para referirse a personas que tienen un gran control sobre sus emociones, dando la impresión de un exceso de frialdad en el ánimo.
En un ámbito completamente distinto, el término parsimonia se usa para denominar teorías sencillas que permiten dar explicación a diferentes fenómenos a partir de una serie de proposiciones no superficiales.
El principio de parsimonia
A todo el mundo le ha sucedido en alguna ocasión que ante una situación que se va complicando cada vez más, ésta podría haberse solucionado mucho más rápido si simplemente se hubiera optado desde un principio por adoptar la solución más sencilla. Esta forma de abordar los problemas es lo que se conoce como principio de parsimonia.
En ciencia, este principio se conoce más comúnmente como navaja de Ockham, el cual, explicado de manera somera, consiste en que cuando se plantean varias soluciones a un mismo problema, la más simple suele ser la mejor.
William Ockham fue un fraile franciscano del siglo XIV que trató de explicar que en la naturaleza lo simple triunfa siempre ante lo complejo, y partiendo de este axioma, planteaba que para encontrar la explicación de un fenómeno hay que limitar al máximo el número de suposiciones, quedándonos sólo con las más plausibles.
Esta forma de pensar fue la que hizo que en siglos posteriores otros científicos acuñaran la metáfora de la navaja de afeitar. Al pasar una navaja de afeitar por la explicación se elimina todo lo accesorio, quedando sólo lo esencial. De ahí viene que el principio de parsimonia de conozca también como navaja de Ockham.
Pero esta manera de pensar presenta un grave problema, y es que si bien es una forma muy útil de afrontar un problema, no aporta ni mucho menos una solución categórica. La aparición de nuevos datos puede hacer que una teoría anterior que se creía correcta, sea sustituida por una nueva teoría mucho más compleja, como sucede por ejemplo en el modelo gravitacional de Einstein que sustituyó al de Newton.
A modo de resumen, puede concluirse que el principio de parsimonia es de gran utilidad a la hora de buscar la explicación de un fenómeno, pero no por ello la explicación más simple ha de ser la verdadera.
Fotos: iStock – BruceStanfield / themacx
Trabajo publicado en: May., 2016.
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