Definición de Posesivo
Licenciada en Psicología
El comportamiento posesivo se define como una tendencia o patrón en el que una persona busca controlar o dominar a otra o a su entorno social, emocional o físico como si fueran propios. Las personas posesivas a menudo experimentan miedo o inseguridad en relación con su pareja, amigos o familiares, lo que las lleva a actuar de manera posesiva para intentar asegurar su presencia en su vida.
Ser posesivo puede generar una dinámica relacional de control, manipulación y co-dependencia que puede ser dañina para la salud mental y emocional de las personas involucradas. Las teóricas y activistas feministas como Bell Hooks, Judith Butler, Luce Irigaray y Nancy Chodorow, han abordado el tema de la posesividad desde una perspectiva crítica. Han señalado cómo este comportamiento se manifiesta en las relaciones de poder y desigualdad de género y han destacado cómo las normas sociales y culturales pueden perpetuar y normalizar este comportamiento. Además, han propuesto la necesidad de la deconstrucción de los roles de género rígidos que lo perpetúan.
La posesividad en las relaciones: una mirada crítica desde la perspectiva feminista
En primer lugar, Bell Hooks ha señalado que la posesividad masculina surge de la idea de que las mujeres son objetos que pueden ser poseídos y controlados por los hombres. Esta visión ha sido históricamente perpetuada por la cultura patriarcal, que ha establecido roles de género rígidos y ha asociado la masculinidad con la capacidad de controlar y poseer a las mujeres. De esta manera, la posesividad se convierte en una forma de poder y control para los hombres, que utilizan la posesión de las mujeres como una forma de afirmar su masculinidad y dominio sobre ellas.
Por su parte, Judith Butler ha señalado que la posesividad es una forma de violencia simbólica que se perpetúa en las relaciones de género. En su opinión, la posesión de las mujeres por parte de los hombres es un acto que refuerza la idea de que las mujeres son objetos pasivos y disponibles para el uso masculino. Desde su perspectiva, la posesividad es una forma de subordinación y opresión que impide que las mujeres puedan ser vistas y tratadas como sujetos activos y autónomos.
Luce Irigaray ha señalado que la posesividad masculina puede ser especialmente peligrosa en las relaciones sexuales. La idea de que el cuerpo de la mujer es un objeto que puede ser poseído y controlado por los hombres puede llevar a que se produzcan situaciones de violencia sexual.
Por último, Nancy Chodorow ha señalado que la socialización de género puede perpetuar la posesividad masculina y la dependencia femenina. Desde su perspectiva, los hombres son socializados para ser más independientes y autónomos, mientras que las mujeres son socializadas para ser más dependientes y necesitadas de los demás. Esta diferencia en la socialización puede llevar a que los hombres sean más propensos a ser posesivos y controladores en las relaciones, mientras que las mujeres pueden sentirse más atrapadas y dependientes de los demás.
En conclusión, la posesividad en las relaciones interpersonales es un comportamiento que ha sido abordado por las teóricas feministas como una forma de violencia y control en las relaciones de poder y desigualdad de género. Desde esta perspectiva, la posesividad surge a partir de la necesidad de controlar y poseer a los demás, y perpetua las desigualdades de género y las formas de violencia en las relaciones. Estas autoras han señalado la importancia de comprender la posesividad desde una perspectiva crítica y deconstruir los roles de género rígidos que la producen y reproducen.
Identificando la posesividad: señales en uno mismo y en la pareja
Reconocer la posesividad en uno mismo o en la pareja puede resultar un proceso complejo que en ocasiones requiere la intervención de un profesional de la salud mental. En este sentido, se han identificado una serie de señales que podrían indicar la presencia de conductas posesivas por parte de alguno de los miembros de la relación, así como también la presencia de actitudes posesivas en uno mismo. Entre estas señales se pueden destacar:
– La necesidad constante de atención y afecto: cuando una persona experimenta una necesidad constante de atención y afecto por parte de su pareja, o siente que no puede vivir sin ella.
– Celos excesivos: los celos pueden ser una respuesta normal en las relaciones, pero cuando se vuelven excesivos y generan un conflicto constante, pueden indicar comportamientos posesivos.
– Restricciones en la libertad de la otra persona: si una persona limita las actividades que disfruta su pareja o impide que tenga contacto con personas de su círculo social.
– La imposición de expectativas y demandas: cuando una persona impone sus expectativas y demandas a su pareja y espera que se cumplan de forma inmediata y sin cuestionamiento.
Art. actualizado: Mayo 2023; sobre el original de julio, 2014.
Referencias
Butler, J. (1990). El género en disputa: el feminismo y la subordinación de la identidadButler, J. (1993). Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursicos del sexo.
Chodorow, N. (1989). Feminismmo y teoría psicoanalítica
Hooks, B. (2004). La voluntad de cambio: hombres, masculinidad y amor
Irigaray, L. (1982). Pasiones elementales
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