Definición de Proyecto de Vida
Licenciada en Psicología
1. Un proyecto de vida es toda iniciativa hacia la concreción de sueños e intereses particulares y/o familiares, conforme las posibilidades y las formas en que se desenvuelven las cosas. Ejemplos a) formarse en una carrera universitaria; b) comprar un automóvil; c) construir una familia; d) ser propietario de una casa e) recorrer el mundo; f) tener un trabajo y ahorros que permitan seguridad y estabilidad.
Etimología: Proyecto, por el latín proiectus; vida, por el latín vita, sobre la raíz indoeuropea *gwei-, por ‘vivir’, ‘ser’.
Cat. gramatical: Sustantivo masc.
En sílabas: pro-yec-to + de + vi-da.
Proyecto de Vida
¿Te habrías imaginado hace diez años que estarías donde estás ahora? ¿Deseabas algo diferente en ese entonces? ¿Hubo cambios en los planes que tenías en mente? ¿Lograste algunos de tus objetivos? ¿Cómo te imaginas dentro de diez años? Estas son preguntas amplias que pueden abarcar diferentes aspectos de la vida humana, como la carrera profesional, las relaciones familiares, de amistad o amorosas. La mayoría de las personas tienen la capacidad de mirarse en retrospectiva y de visualizarse a sí mismas en el futuro; cuando esta habilidad se combina con objetivos que dan forma a un estilo de vida particular, hablamos de un «proyecto de vida».
Algunas personas pueden dar más importancia a su carrera profesional y dedicarle más tiempo, mientras que otras pueden querer formar una familia, viajar por el mundo o combinar diferentes aspectos. Pensar y planificar un proyecto de vida implica considerar cómo nos gustaría ser y estar en el futuro. Podemos pensarlo como una brújula, en la que el norte representa el estilo de vida que deseamos alcanzar.
Sin embargo, al igual que en un viaje, el destino puede cambiar, de la misma forma que los medios que elegimos para llegar al mismo. En ocasiones, podemos descubrir nuevos intereses o prioridades que hacen que modifiquemos nuestro rumbo, como decidir viajar a Japón en lugar de España, o cambiar de carrera de Abogacía a Programación. Es importante recordar que el plan que diseñamos o la ruta que elegimos para alcanzar nuestros objetivos también pueden cambiar a medida que adquirimos nuevas experiencias y aprendizajes. Por lo tanto, si bien el proyecto de vida es un plan de futuro que brinda sentido a lo que hacemos en el presente y, a su vez, nos ayuda a tomar decisiones para acercarnos a aquello que planeamos, no siempre es un proceso lineal. Por ello es fundamental contar con la flexibilidad necesaria para adaptarnos a los cambios que el entorno nos propone.
Los valores personales
Es recomendable que el proyecto esté en consonancia con la escala de valores de cada persona para mantener un sentimiento de continuidad y de coherencia interna. Si el proyecto de vida y los valores están en contradicción, puede surgir tensión, incomodidad subjetiva y la persona puede sentirse perdida, insegura y sin sentido en su vida, lo que puede disminuir su motivación en general. Por lo tanto, es importante reflexionar sobre los valores personales y asegurarse de que estén integrados en los planes para lograr una vida más satisfactoria y placentera.
Aspectos de planificación: ¿qué podemos hacer si no tenemos un proyecto de vida?
Si bien hay investigaciones que señalan que tener un plan puede tener un impacto positivo en la salud mental y el bienestar – por el hecho de que las personas que tienen un sentido de propósito en la vida tienden a tener una mayor satisfacción y una mejor calidad de vida en general – si no tener un plan para el futuro no representa ningún problema subjetivo, entonces no habría que realizar ningún cambio.
Sin embargo, si estamos interesados en buscar o definir un proyecto de vida y no sabemos cómo hacerlo, podría ser interesante comenzar por explorar y reflexionar a cerca de las actividades que nos generan satisfacción en el presente. Preguntarnos por qué nos gustan esas actividades y no otras puede ayudarnos a iniciar un proceso de autoconocimiento que nos permita identificar nuestros intereses y valores. Estos aspectos pueden guiar la planificación del proyecto de vida de una manera que se ajuste a nuestra forma de ser.
Otro aspecto que puede orientarnos es identificar nuestras habilidades y fortalezas. Conocer nuestras competencias, es decir, en qué somos buenos, nos puede ayudar a definir una carrera o un trabajo que se adapte a nuestras capacidades y nos permita desarrollarnos de manera satisfactoria.
Además, establecer metas y objetivos a corto y largo plazo en diferentes áreas de nuestra vida, como la profesional, relacional, económica, entre otras, puede ayudarnos a dar forma al proyecto de vida. Estas metas deben ser específicas, medibles, alcanzables y relevantes. Al establecer metas, es importante considerar los intereses y valores, así como las habilidades y fortalezas para asegurarnos de que estén alineadas con nuestro proyecto de vida. A veces tal integración de factores resulta complejo y es útil buscar la ayuda de un profesional que nos oriente. Por ejemplo, los psicólogos a través de un proceso diagnóstico pueden ayudarnos a tener una visión más clara de uno mismo.
Ilustrado. Adobe. Kolidzei, Marko Cerovac, Chaloemphan y Nadezhda
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Art. actualizado: Feb. 2023; sobre el original de julio, 2014.
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