Definición de Sabor

El concepto de sabor es realmente muy usado en nuestra lengua porque con el referimos lo gustosa o lo desagradable que puede ser una comida, un alimento, entre otras cuestiones que pasan por nuestro sentido del gusto.

Propiedad de sustancias o de alimentos que podemos percibir a través del sentido del gusto

El gusto es justamente uno de los cinco sentidos corporales que disponemos las personas y el que nos permite percibir a ciencia cierta como sabe una sustancia.

Mientras tanto, el sabor será la propiedad que ostentan algunas sustancias y que percibimos a través del mencionado sentido del gusto.

Gracias al sentido del gusto podremos disfrutar de los sabores más ricos y también repeler a los más feos que pasan por nuestra boca, esta es sin dudas su gran valía.

¿Cómo detectamos el sabor? Tipos de sabores

Los seres humanos podemos detectar el sabor de algo a través de las papilas gustativas ubicadas en nuestro paladar y en la lengua, ambos elementos que forman parte de la boca.

El sabor es, además, una sensación que se genera de manera orgánica que luego es racionalizada por el ser humano a través de la información que se le envía al cerebro, permitiendo que la persona reconozca la comida o todo aquello que se está probando.

Las sensaciones que componen a lo que entendemos por sabor son diferentes dependiendo del tipo de elemento que uno pruebe. Así, podemos sentir sabores dulces, salados, amargos, y ácidos, teniendo la lengua la posibilidad de reconocer cada uno de ellos de acuerdo a la ubicación específica de las papilas gustativas. Algunos alimentos pueden tener más de un sabor, por lo cual el análisis y el reconocimiento de tales sabores son más complejo.

Tal como se ha dicho, la sensación de sabor se compone de cuestiones físicas y químicas que son las que se reciben en el organismo. Sin embargo, el sabor es algo que también tiene un componente psicológico o emocional ya que no todos los individuos responden a un mismo sabor de igual manera y esta respuesta puede depender también del estado anímico que tenga la persona ese día o el momento que esté atravesando en su vida.

Es por esto que algunas personas se sienten más tentadas por sabores dulces, mientras que otras lo hacen más por los sabores salados. Por ejemplo, los sabores agridulces o los amargos, son quizás los más complejos y menos aceptados debido a su rareza, y por ello es que los debemos ubicar en un tercer lugar de preferencia de sabores luego de los dulces y los salados que son los que se llevan todos los éxitos.

Los sabores que elige la gente

Generalmente, aunque puede haber variantes, la gente elige alimentos de sabor dulce para desayunar y para postres y los sabores amargos, salados, ácidos o no dulces, a la hora de los almuerzos y de la cena.

Y metiéndonos en particularidades que ya están muy extendidas por su repetición es que los niños se inclinan mayormente por los sabores dulces, esto lo vemos mucho por su preferencia por los caramelos, chocolates, chupetines, entre otras golosinas; por su lado, las embarazadas, mientras dura su etapa de gestación, suelen sentir rechazo a algunos sabores e incluso hasta pueden provocarles náuseas y vómitos.

Con respecto a los alimentos dulces, en especial las mencionadas golosinas, debemos decir que hay que tener mucho cuidado con la cantidad que se consume de ellos porque pueden producir problemas orgánicos por el exceso de azúcar que disponen, entre los más complejos la diabetes, o asimismo enfermedades bucales, tal es el caso de la caries.

Impresión desagradable que algo nos genera

Pero la palabra también dispone de otros usos, como por ejemplo la impresión que algo nos produce: “la manera con la cual nos trató en reunión María me dejó un sabor amargo”. Este uso de la palabra está en estrecha relación con la consideración desfavorable que el sabor amargo produce en la mayoría de la gente.

Semejanza

También permite referir la semejanza de cosas: “es indiscutible el sabor de las manos de mamá en cada una de las preparaciones de la fiesta”.