Definición de Supercomputadora
Periodista esp. e investigador
Su denominación ya prácticamente lo dice todo de esta clase de máquinas: son computadoras que siguen los principios básicos de cualquier otra (como la que podemos tener en casa), pero con una potencia mucho mayor.
Una supercomputadora dispone de una capacidad de cálculo muy superior a la de una computadora de escritorio o portátil cualquier, ademas de ser habitualmente utilizada para fines concretos y puntuales, y no para tareas de propósito general.
Dicha potencia de cálculo en bruto viene, habitualmente, de sumar la potencia de lo que serán centenares o miles de computadoras individuales, ya que podemos ver una supercomputadora como una red de computadoras que trabajan al unísono.
Históricamente, el concepto de supercomputadora nació en la década de los 70, cuando la tecnología fue lo suficientemente avanzada como para crear las primeras máquinas de este tipo.
Y las primeras computadoras tenían un nombre propio: Cray, la fabricante fundada por Seymour Cray y que se especializó en la construcción de supercomputadoras.
Cray Research representó, sobretodo con sus primeros modelos, el nacimiento del superordenador tal y como lo conocemos hoy, con suma rapidez y potencia, y dedicados a tareas concretas para lo cual disponían de sistema operativo derivado de UNIX
El Cray-1 y los siguientes modelos aportaban, además, un plus de belleza estética que permitía a la empresa o institución que los adquiría, lucirlos como si fuera un mueble de diseño.
Para hacernos una idea de la potencia de estas máquinas, ya el Cray-1 de 1972 era una supercomputadora de 64 bits, cuando esta tecnología solamente ha estado al alcance del público final en computadoras de escritorio a lo largo de los primeros años del nuevo milenio.
En la década de los ochenta, diversos fabricantes entraron en el terreno de las supercomputadoras, aumentando la competencia en este segmento tan concreto.
Con el aumento de prestaciones de los microprocesadores para computadoras de escritorio, y de los dedicados a servidores, los superordenadores empezaron a montar estos, resultando en una acumulación de recursos
La potencia que consiguen las supercomputadoras es, pues, equivalente a lo que sería la suma de muchas computadoras individuales de las más potentes que podamos tener en una oficina: sus servidores.
El negocio de las supercomputadoras también ha cambiado; si hasta hace unos años, se construían de forma más o menos estandarizada y se vendían a los clientes, quienes le daban el uso que querían, ahora son desarrollos más a medida, como un traje de sastrería.
En lo que respecta al software que equipa a las supercomputadoras, las primeras montaban casi de forma invariable alguna variación del estándar UNIX, pero el sistema operativo que domina este segmento concreto desde hace algunos años es GNU/Linux, con un porcentaje minoritario para otras variantes de UNIX y, muy por detrás, Windows, del cual Microsoft ha confeccionado también una versión específica para supercomputadoras.
Las capacidades de escalabilidad y el bajo coste y gran estandarización que supone el uso de Linux, han llevado al sistema operativo del pingüino a erigirse en el gran dominador de este sector desde hace poco más de una década.
Fotos: Fotolia – vladimircaribb / flydragon
Trabajo publicado en: Jun., 2017.
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