Alfarería - Definición, Concepto y Qué es
La palabra alfarería proviene del árabe alfahar y se podría traducir como «la arcilla» o «la cerámica». Los términos alfarería y cerámica se emplean indistintamente y ambos hacen referencia a la misma actividad, es decir, la manipulación de barro cocido con el fin de obtener utensilios destinados al almacenamiento de alimentos o con un fin decorativo. A pesar de su semejanza, hay una diferencia entre el alfarero y el ceramista: el primero trabaja la arcilla hasta convertirla en una pieza cerámica y el ceramista continua elaborando la pieza mediante el uso de esmaltes y otras técnicas.
La elaboración de una pieza cerámica
La cerámica es el producto de la mezcla de arcilla con una cierta proporción de agua y desgrasantes minerales. Normalmente la arcilla se obtiene en las proximidades de los ríos y debe tener plasticidad para su posterior manipulación y cocción. Cuando la arcilla ya está humedecida y amasada se empieza a moldear hasta obtener una forma determinada, por ejemplo de un cuenco, un botijo, un plato o cualquier tipo de utensilio.
El objeto crudo es posteriormente cocido a un temperatura superior a los 450 grados centígrados. De esta manera el objeto alcanza su consistencia rígida final. En algunos casos las piezas son dibujadas o talladas para potenciar su valor artístico. La mayoría de utensilios cerámicos tienen una funcionalidad práctica y, paralelamente, un componente ornamental y artístico.
La alfarería es propiamente la técnica de modelado de la arcilla en forma manual, lo cual puede hacerse sin elementos mecánicos o mediante la utilización de un plato giratorio (el torno cerámico), el cual permite la creación de piezas simétricas o redondas. Después del torneado, las piezas son sometidas a diferentes etapas hasta alcanzar el objeto cerámico. El torno cerámico es la técnica más utilizada para la creación de piezas en serie.
Los orígenes de la alfarería
La alfarería constituye uno de los procesos artesanales más antiguos. Desde un punto de vista histórico la invención de la agricultura en el neolítico fue acompañada de una serie de actividades complementarias, entre ellas la alfarería. Los recipientes cerámicos se empleaban para almacenar alimentos durante largos periodos de tiempo, para cocinar o para trasportar agua desde los ríos a los poblados.
Al margen del uso doméstico, las piezas creadas se utilizaban como recipientes funerarios o como elementos decorativos para el hogar.
Foto: iStock – Kanawa_Studio
Trabajo publicado en: Ago., 2016.
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