Definición de Anatema
El término anatema hay que entenderlo en el contexto religioso, especialmente en relación con la iglesia católica. De esta manera, cuando la posición oficial de la iglesia católica considera que una conducta o unas ideas son contrarias a los postulados de la doctrina católica, las personas implicadas son declaradas anatemas. La declaración de anatema suele ir acompañada de la excomunión, es decir, de la expulsión del seno de la iglesia. En este sentido, declarar a alguien anatema implica una forma de castigo severo, pues supone haber incumplido algún precepto sagrado.
En cuanto al origen del término, proviene del griego anathema, que inicialmente significaba algo despreciable, rechazable u horrendo. Este significado fue adoptado posteriormente por la tradición de la teología católica y la declaración de anatema pasó a significar algo contrario a la fe y, al mismo tiempo, algo maldito.
La Biblia es la referencia para establecer esta forma de castigo
En las Sagradas Escrituras hay diversas referencias en relación con este concepto. De esta manera, todo aquel que se oponga a Jesucristo o que se aparte de sus enseñanzas y doctrinas, es considerado anatema, un término que en la Biblia equivale a maldito. Un ejemplo de conducta contraria a Jesucristo se produciría en el caso de que alguien predicara un falso evangelio.
En la Biblia se alude a este término para indicar que un pueblo, una familia o una persona había incumplido la ley de Dios y, por lo tanto, se había cometido un pecado. Cuando esto sucedía, el anatema iba acompañado de su correspondiente castigo. Con el paso del tiempo la iglesia católica estableció distintas fórmulas de ex comunicación y, por ello, si alguien es excomulgado también es anatemizado.
En la historia del catolicismo la declaración de anatema más celebre se aplicó a la Reforma Protestante. Fue precisamente en el Concilio de Trento cuando la iglesia católica declaró oficialmente que la doctrina protestante promovida por Lutero suponía anatema.
Herejía, apostasía, blasfemia y anatema
Estos términos presentan una cierta semejanza, pero cada uno de ellos tiene una singularidad. Así, según la iglesia católica romana una herejía es una interpretación incorrecta con respecto a la verdadera fe. En consecuencia una conducta herética es aquella que se opone al criterio oficial del catolicismo.
La apostasía se produce cuando un católico renuncia a su fe y se aleja de las enseñanzas de la iglesia. Una blasfemia es una acción ofensiva contra Dios. En definitiva, la herejía, la apostasía o la blasfemia pueden ser declaradas anatemas, pues se trata de posiciones o conductas contrarias a la verdad oficial, lo que en términos teológicos es conocido como sana doctrina.
Fotos: Fotolia – Scott Griessel / itsmejust
Trabajo publicado en: Sep., 2016.
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