Batalla de Megido - Definición, Concepto y Qué es
Periodista esp. e investigador
Hay quien dice que, en realidad, el oficio más viejo del mundo es el de soldado, y no el que hemos escuchado de siempre. Lo cierto es que leyendo un poco de historia de la humanidad, nos parecerá que hemos estado guerreando desde el alba de los tiempos, pero ¿qué pruebas tenemos de ello?
La Batalla de Megido es la primera documentada de la historia por fuentes contemporáneas es la de Megido, que enfrentó a fuerzas egipcias con Cananeas por el dominio de las actuales Siria y Palestina.
Los pueblos que habitaban esta región habían sido enemigos tradicionales del Imperio Egipcio, algo lógico habida cuenta de que la intención de dicho imperio era expansiva, y a nadie le gusta que le ocupen su casa…
Lo que hicieron dichos pueblos fue formar una alianza y rebelarse contra el poder egipcio aprovechándose del periodo de regencia de la reina Hatshepsut, madrastra de Tutmosis III.
Este último, sería el faraón que se enfrentaría contra la alianza cananea comandando las fuerzas egipcias, siendo en la historia de Egipto uno de sus más grandes gobernantes, con el cual se llegó a la máxima expansión territorial del Imperio.
Una vez tomado el poder por parte de Tutmosis III, este faraón tuvo que lidiar inmediatamente con la revuelta y, para ello, reclutó un gran ejército, se especula que de unos 15-20.000 hombres.
Para la época esto era una gran inmensidad. Hay que pensar que los caminos eran apenas transitables por una gran masa de personas, y que la logística en un mundo al que ya le costaba lo suyo abastecerse para autoconsumo, debía ser toda una pesadilla.
Dicho ejército constaba, como todos los de la antigüedad, de infantería armada con lanzas, espadas y escudos, arqueros, y carros de guerra.
Los egipcios avanzaron, comandados por Tutmosis, hacia los reinos revoltados, mientras estos últimos les aguardaban en posiciones defensivas.
Tradicionalmente, siempre ha sido más fácil defender una posición que atacarla, por lo que sabedores de la superioridad en efectivos, armamento y tecnología de los egipcios, los cananeos prefirieron esperarlos en su campo.
La posición elegida por la alianza cananea para esperar a sus enemigos fue la ciudad de Megido, que controlaba la estratégica ruta que discurría desde Mesopotamia a Egipto, cerca del mar Mediterráneo y, por lo tanto, un punto que obligaba a Tutmosis a asaltarla.
Tutmosis sorprendió a sus enemigos con un movimiento inesperado: en vez de acercarse a la ciudad por la ruta más segura, tomó la más arriesgada (una larga cañada donde era fácil emboscar a los egipcios).
Esto nos muestra, bien un carácter audaz e incluso temerario, o bien un estratega sesudo y posiblemente con información privilegiada sobre los movimientos de sus enemigos, ya que estos habían desechado vigilar aquella ruta y esperar a Tutmosis al final de la que era más segura, y que pensaban con buena lógica que era la que tomaría.
La batalla de Megido estaba servida, el 15 de mayo del 1457 a.C. (aunque hay autores que la sitúan en abril o incluso años más tarde).
El enfrentamiento fue rápido: Tutmosis había preparado su estrategia y a sus fuerzas durante la noche, desplegándolas ante las fuerzas enemigas en forma cóncava (de media luna) y divididas en tres secciones. En el centro, el mismo faraón comandando.
El avance egipcio fue imparable; sus soldados, espoleados por la presencia de su faraón, empujaron a los guerreros cananeos, cuya formación se rompió, provocando que estos huyeran en desbandada hacia la seguridad del interior de los muros de Megido. Se iniciaba así el asedio a la ciudad.
Rendir Megido era vital para acabar de una sola vez con la revuelta, ya que en su interior se encontraban todos los príncipes y dirigentes de las ciudades sublevadas.
El cerco discurrió a lo largo de siete meses, tras los cuales la ciudad se rindió.
Como he dicho al principio de este escrito, el principal interés de la batalla de Megido es que es la primera de la cual nos ha quedado todo consignado, tanto la forma en la que se desarrolló, como su fin y sus consecuencias.
Así, sabemos que Tutmosis III salió victorioso al final de aquel más de medio año de asedio con 340 prisioneros, 924 carros de guerra, 200 armaduras, 502 arcos, 3.920 cabezas de ganado, y 20.500 ovejas.
Todo el relato nos ha llegado de fuentes egipcias, con textos consignados en forma de jeroglíficos en el templo de Amón en Karnak, Tebas, y en la estela de Gebel Barkal.
Como nota curiosa, se ha asociado a Megido con al Armagedón, la última batalla que tendrá lugar en el fin de los tiempos. El nombre de Har Megiddo en hebreo podría haber derivado en este Armagedón, de forma que el escenario de la primera batalla documentada, podría ver también la última… aunque ¿quedaría alguien para documentarla, en este caso?
Fotos: Fotolia – LevT
Trabajo publicado en: Ago., 2018.
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