Definición de Blasfemia

Una blasfemia es una expresión injuriosa, un agravio crudo que alguien manifiesta respecto de otra persona o sobre alguna cuestión. En tanto, debemos mencionar que el concepto se ha utilizado tradicionalmente en el ámbito de la religión para justamente referirse a aquellos dichos injuriantes y desagradables, ya sea contra Dios o contra alguna otra persona o cuestión sagrada.

Entonces, una blasfemia será aquella palabra o frase ultra ofensiva que alguien expresa hacia otra persona, aunque cabe destacarse que en estos casos solemos hablar en términos de injurias, siendo que el concepto de blasfemia se utiliza más para referirse a aquellas expresiones o acciones agraviantes contra situaciones y personalidades sagradas.

Las religiones condenan sin excepciones las blasfemias contra sus divinidades y objetos sagrados, y algunas incluso disponen de castigos severísimos para aquellos que las encarnan, por ejemplo, el Islam prevé penas ciertamente duras hacia aquellos que atentan contra las costumbres, creencias y figuras más destacadas de su religión. Una blasfemia contra su máxima personalidad, Mahoma, será castigada con la pena más dura.

En el pasado, muchas religiones, más allá del Islam, disponían de normativas especiales que se encargaban de castigar las blasfemias, algunas incluso las mantienen vigentes hasta el día de hoy.

Sin lugar a dudas el castigo más contundente que se ha previsto para esta acción a lo largo de la historia es la pena de muerte. También se han implementado acciones de escarnio público para castigar a aquellos que osaban atacar las imágenes y figuras sagradas.

Si bien en el siglo XVIII, con la avanzada encabezada por las nuevas ideas del iluminismo, el castigo contra la blasfemia en el mundo occidental perdió la virulencia que supo tener, en la actualidad, en algunos países de Medio Oriente, lamentablemente, se sigue castigando con las metodologías más crueles.

A la persona que manifiesta blasfemias se la denominará como blasfemo y será fácilmente de reconocer porque justamente estará maldiciendo a aquellas cuestiones consideradas como sagradas por una religión.
Obviamente, aquellos que sean reconocidos como blasfemos no gozarán del respeto de aquellos que se sienten totalmente ofendidos por sus dichos y acciones y en algunos casos suelen ser ajusticiados directamente y sin que medie ninguna acción penal por parte de aquellos que se sienten afectados por sus dichos.