Definición de Cambio climático
Llamamos cambio climático a la modificación del clima que ha tenido lugar respecto de su historial a escala regional y global. En general, se trata de cambios de orden natural, pero actualmente, se los encuentra asociados con el impacto humano sobre el planeta. Se trata de un fenómeno complejo que sólo puede ser observado y analizado mediante simulaciones computacionales.
Son numerosas las variables que inciden sobre el clima en condiciones normales. Tanto los ciclos del agua y del carbono como distintos parámetros exteriores al propio planeta (vientos solares, posición de la Luna) generan modificaciones sobre las condiciones atmosféricas que motivan la gran complejidad que caracteriza al clima de la Tierra. Esto explica en general las grandes dificultades para intentar definir como precisión los aspectos relacionados con el cambio climático y la necesidad de aplicar algoritmos informatizados para buscar una calificación y una cuantificación apropiada de este fenómeno.
Si bien cambio climático no es sinónimo de calentamiento global, ya que responde a diversas causas y da como resultado múltiples consecuencias, comúnmente lo encontramos asociado a este fenómeno de aumento de la temperatura promedio en la atmósfera y en los océanos. Pero además del calentamiento, también el cambio climático influye en las precipitaciones, nubosidad y muchos otros parámetros.
Las distintas teorías sobre este fenómeno dan cuenta de variaciones propias del Sol (vientos, «manchas solares», fenómenos meteorológicos propios de la estrella central del sistema solar), orbitales (por influencia gravitacional de la Luna), impacto de meteoritos (así como de asteroides y, en menor medida, de la creciente «basura espacial»), deriva continental, composición atmosférica, corrientes oceánicas, campo magnético terrestre y efectos antropogénicos (o causados por el hombre) como factores influyentes en la modificación del clima. A su vez, cierto grupo de teorías propone que, ante este escenario, o bien el planeta Tierra podría responder reforzando los efectos, o bien moderándolos y recuperando un equilibrio natural. En cualquiera de estos escenarios, la mayor parte de los cambios observados suelen resultar deletéreos para la calidad de vida de las personas.
Así, en cuanto al impacto humano, se considera que ciertas prácticas desmedidas como la utilización indiscriminada de recursos naturales, la quema de combustibles que producen dióxido de carbono (CO2) y otras han alcanzado un efecto negativo trascendente en el aumento de la temperatura. La mayor presencia de CO2 en la atmósfera motiva el llamado «efecto invernadero», por el cual la radiación calórica que llega a la Tierra es reflejada en menor medida hacia el espacio de lo esperado para la presencia de concentraciones normales de ese gas. En consecuencia, la temperatura aumenta, con consecuencias directas en distintos parámetros, a predominio del descongelamiento de las grandes masas de hielo de las regiones polares. Sin embargo, este fenómeno parece más destacado en el Ártico, donde la proporción de hielo es cada vez más reducida, pero menos evidente en el Antártico. Muchos meteorólogos destacan que el planeta Venus representa un espejo de este proceso; más del 90% de la atmósfera de ese cuerpo celeste está constituida por CO2 y el efecto invernadero produce las temperaturas más elevadas del sistema solar, incluso por encima de las de Mercurio, pese a su mayor cercanía con el Sol.
Diversas organizaciones y entidades mundiales trabajan desde hace años sobre la concientización acerca de este fenómeno, convocando a los Estados del mundo a responsabilizarse sobre su impacto y llamando a los ciudadanos a llevar adelante prácticas sustentables. Personalidades como el político Al Gore (ex vicepresidente y candidato presidencial en Estados Unidos) o el actor Leonardo di Caprio también se sumaron a la campaña contra el cambio climático, difundiendo las investigaciones al respecto a través de todo tipo de medios. Se advierte que la modificación del clima, además de perturbar al resto de la biósfera, se vincula con enormes perjuicios sociales y económicos, dado que las variaciones climatológicas originadas por estas alteraciones dan como resultado inundaciones de zonas costeras y pobladas, pérdida de cosechas y de recursos ganaderos, destrucción de hogares y caminos, extensas sequías con riesgo de hambrunas, diseminación de plagas de diversas índoles, incremento de enfermedades transmisibles y parasitosis, crisis relacionadas con la pérdida de puestos de trabajo y de mano de obra activa, entre otros. Por lo tanto, el cambio climático es un elemento relevante que debe constituir una prioridad de las agendas internacionales de todos los gobiernos de la Tierra.
Trabajo publicado en: Oct., 2008.
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