Definición de Casa Inteligente
Periodista esp. e investigador
Si alguien te dice que su casa es inteligente, no es que tenga personalidad propia y piense por ella misma -aunque en algunos casos, estoy tentado a pensar que la casa es más inteligente que el propietario…-, si no que dispone de la última electrónica para facilitar los quehaceres diarios.
Domótica
Una casa es inteligente cuando se le han instalado una serie de sistemas electrónicos, sensores, y dispositivos, de forma que podamos controlarla fácilmente, incluso a distancia, y la casa realice ciertas acciones por su cuenta.
Un ejemplo de esto último sería la gestión de la calefacción y el aire acondicionado, de forma que nuestro hogar siempre tenga una temperatura cómoda, sea cual sea la época del año.
Esto puede conseguirse mediante la instalación de sensores de temperatura y su conexión a una computadora o un dispositivo dedicado, que una vez lo hemos programado decidiendo qué temperatura es la mejor para nosotros, manda órdenes a los dispositivos de control de la calefacción o el aire acondicionado.
Esta automatización es lo que se denomina domótica.
La Internet de las cosas
La domótica hace tiempo que existe, ya que podemos enlazar diversos automatismos mediante cableado doméstico, a veces con cable dentro de las paredes. El avance tecnológico nos ha deparado la conectividad inalámbrica y la miniaturización, que han permitido la extensión del concepto de la domótica a muchos otros aspectos, incluso fuera del hogar, dando lugar a lo que en inglés se ha denominado Internet of Things (Internet de las Cosas), abreviado como IoT por sus siglas.
Actualmente, y bajo el paraguas de la IoT, existen dispositivos que permiten controlar casi todo lo imaginable, ya sea de forma automática o facilitando el control humano.
La esencia de la casa inteligente: que haga las cosas por ella misma
Recapitulando, diremos que la casa inteligente es fruto de la intersección entre la arquitectura, el interiorismo y la tecnología más avanzada, que permite la automatización en modo desatendido de ciertas tareas domésticas, pero también con la condición de que pueda haber una supervisión o fijar los objetivos por parte de las personas residentes.
Así, la casa inteligente busca
- El ahorro energético. Al ser más fiables los múltiples sensores repartidos por el hogar que la sensación humana, se utiliza exactamente la energía necesaria para calentar o refrescar la casa.
- Proporcionarnos más tiempo. Al automatizar ciertas tareas, dejamos de pensar en ellas. Si nos despertamos cada mañana a determinada hora, la misma casa (a través de su inteligencia artificial) puede subirnos las persianas y empezar a calentar el café, de forma que podemos ahorrar este tiempo para llegar un poco antes al trabajo… ¡o dormir cinco minutos más!
- Permitirnos el control a distancia. Prender el aire acondicionado diez minutos antes de que lleguemos a casa para que cuando entremos en ella, no tiene precio
- Incrementar nuestra seguridad. Cámaras, sensores de movimiento… son elementos que nos avisan de intrusiones y movimientos sospechosos incluso cuando nos encontramos ausentes
Fotos: iStock – Onfokus / Greyfebruary
Trabajo publicado en: Jun., 2016.
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