Significado de condena Definición, importancia social, errores y pena de muerte
Licenciada en Derecho
Definición formal
Condena es la respuesta por la responsabilidad a la comisión de un delito, capaz de aplicarse en una persona como también a nivel institucional público y privado.
Es un modo de imponer el cumplimiento de las leyes, y evitar que determinadas acciones que dañan a la sociedad se repitan, razones por las cuales cada caso es analizado, valorando la gravedad e intención referentes al acto.
Las condenas en la antigüedad
La historia de la penalidad ha cambiado mucho en el tiempo. Los pueblos más antiguos solían valerse de las normas religiosas para imponer castigos. Basta con dar un repaso a textos como la Biblia, y otros similares, para cotejar las normas punitivas que se aplicaban.
Con el tiempo, surge otro tipo de penalidad distinta a la religiosa: la de tipo político. Cualquier ofensa a la autoridad era castigada. Era una manera de mantener el poder por parte de quienes lo ejercían.
Asimismo, surge el concepto de expiación. Implica que una persona, luego de recibir un castigo, queda libre de la culpabilidad; por ejemplo, luego de estar por varios años detenido un delincuente ha expiado su infracción. Otras maneras de hacer esto es con pagos de tributos, trabajos forzados, compensaciones a los afectados, etc.
Si alguien comete un delito, al ser castigado sirve de ejemplo y advertencia para que otras personas no tengan la intención de delinquir. No aplicar los castigos legales no es otra cosa que un aliciente para otros sean posibles infractores a la ley. No obstante, suele pasar que las penas se apliquen de manera errática. Al respecto, podemos detectar las cuatro situaciones siguientes:
– No aplicación de la pena: quien comente un delito debe recibir un castigo. Si esto no sucede, queda en duda la validez de las leyes y en tela de juicio su aplicación.
– Aplicar una pena a un inocente: cuando esto ocurre, la sociedad tiene a considerar que quienes aplican las leyes son injustos y no se puede confiar en las instituciones que representan.
– Aplicar una pena menor: la pena debe ser equivalente al delito cometido. Si alguien comete un asesinato, por ejemplo, no puede ser solo castigado con una multa o prisión de unos días.
– Aplicar una pena excesiva: si alguien comete un delito menor, es incorrecto aplicarle una penalidad de mucho compromiso.
El castigo por un delito no solo demuestra que la infracción a la ley es sancionada, sino que conlleva, asimismo, la demostración del buen juicio, imparcialidad y eficacia de los procesos y órganos judiciales del Estado. La aplicación errada de las penalidades denota desconfianza en quienes aplican la ley.
¿Por qué se suspende la aplicación de una pena?
Las condenas pueden suspenderse por varios motivos. Se trata de mecanismos legales que obedecen a diversos objetivos. Al respecto, podemos mencionar los siguientes casos:
1. Cuando surgen pruebas que demuestran que el condenado recibió una penalidad indebida, bien sea porque no cometió el delito por el cual se le castigó, o porque se demuestra que la penalidad debió ser menor.
2. Cuando salen a la luz fallas en el proceso judicial que dictaminó la condena.
3. Cuando el condenado tiene el beneficioso por desarrollar buen comportamiento, haber cumplido con ciertos trabajos o colaborado con alguna investigación.
4. Se puede dar el beneficioso de suspensión de la pena cuando el condenado padece una enfermedad que amerita tratamiento fuera del centro de reclusión.
5. En casos especiales, como el de un sobreseimiento. Igualmente, se suelen dar suspensiones de penas en casos de negociaciones políticas, esa es una potestad que tiene el Estado.
Hay delitos muy graves que no tienen suspensión de pena para quienes los cometen, aunque en tiempos actuales se considera que las leyes no solo deben castigar, sino valorar la reinserción social de los delincuentes y la admisión del error.
Un ejemplo es el de la cantante alemana Nadja Benaissa, quien a sabiendas de ser VIH positivo tuvo sexo con varias personas. La mujer declaró lo sucedido y ayudó a identificar a los posibles contagiados. De ese modo, ella logra obtener una reducción y posterior suspensión de la penalidad.
¿Por qué la pena de muerte está vigente a pesar de las múltiples leyes que protegen la vida?
El tema de la pena de muerte sigue siendo álgido. Vale decirse que cada vez es más aceptada su abolición, pero parece existir renuencia a eliminarse en países con poco pulso democrático, en su mayoría en naciones que no forman parte del mundo occidental. Hay que recordar que el tema de los derechos humanos surge en la Revolución Francesa, que es un acontecimiento de occidente.
Pena de muerte en Estados Unidos
En el año 2003 se llegó a plantear que la pena de muerte era inconstitucional. Se trató en juzgados federales, es decir, que atañen a todo el país. No obstante, sucede que la pena de muerte ha vuelto a establecerse en este ámbito federal.
Por otro lado, también hay estados de esa nación que, en particular, si admiten la pena de muerte. En tales estados, si se han seguido haciendo ejecuciones de manera constante.
Pena de muerte en Irán
El caso iraní es de los que más alarmas levantan internacionalmente. En ese país, los jueces son clérigos y obedecen a las indicaciones del Corán y el islam. Bajo estos preceptos religiosos, la pena de muerte debe aplicarse de manera obligatoria en determinados delitos.
Además, esta pena de muerte se realiza de manera pública y casi como un espectáculo. Lo habitual es ahorcar a los condenados, los cuales son exhibidos ante la población en lugares donde gran cantidad de personas se congregan.
Pena de muerte en Japón
Japón y EEUU son los únicos países del primer mundo que aún abanderan la pena de muerte. En el caso japonés, se aplica en delitos graves y siempre con sentencia de ahorcamiento. Se trata de una tradición antigua, del tiempo de los samuráis, que perdura en aún en estos días.
Como una costumbre arraigada en la sociedad, hace posible que en ciertas naciones siga subsistiendo, aunque no parezca compaginar con los ideales del mundo actual.
Trabajo publicado en: Ago., 2020.
Ilustraciones: amorroz