Definición de Criadazgo
En algunos territorios de América Latina todavía se mantienen distintas formas de semiesclavitud y de explotación infantil. Si bien están prohibidas por la ley y se oponen a los derechos humanos, en la realidad cotidiana miles de niños y adolescentes continúan siendo víctimas de abusos y maltratos. El criadazgo es una versión de la explotación infantil y en Paraguay se manifiesta con toda su crudeza.
El criadazgo propicia el trabajo infantil
En el contexto rural con escasos recursos económicos algunos progenitores deciden ceder a sus hijos a familias adineradas para que se ocupen de alimentarlos y educarlos. Sin embargo, en la realidad estos niños son utilizados para realizar tareas del hogar sin recibir a cambio ningún tipo de remuneración. En algunos casos el trabajo infantil es la antesala de otras formas de abuso: maltratos físicos y psicológicos, explotación sexual, etc.
En los últimos años las instituciones paraguayas intentan combatir este fenómeno. Para ello se han puesto en marcha campañas de concienciación social y teléfonos gratuitos de emergencia para que la ciudadanía denuncie el criadazgo.
La Secretaria Nacional de la Niñez y Adolescencia es la institución que lidera el combate contra este tipo de abusos. El estado paraguayo se ha comprometido a eliminar esta práctica de servidumbre infantil, pero cada año se presentan denuncias y aparecen noticias de gran impacto en los medios de comunicación.
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT) el criadazgo es una de las peores modalidades de trabajo infantil
Uno de los principales problemas de esta servidumbre infantil consiste en su normalización en amplios sectores de la sociedad paraguaya. Los niños y niñas en estas condiciones, criaditos y criaditas en el lenguaje popular, no siempre son considerados como víctimas. De hecho, hay personas que consideran que los niños pobres y sin recursos tienen una nueva oportunidad para salir adelante.
Las raíces históricas se encuentran en la encomienda
Esta forma de explotación camuflada en una modalidad de adopción no es, ni mucho menos, un fenómeno actual, sino que hunde sus raíces en el pasado colonial. En el conjunto de América Latina los indígenas eran obligados a realizar trabajos y al pago de tributos a un encomendero para disfrutar de techo y comida.
La institución de la encomienda implicaba que el responsable de los nativos tenía una concesión otorgada por la corona española. Esta modalidad de explotación comenzó en el inicio de la Conquista y ya en aquella época fue criticada por algunos religiosos y juristas que la consideraban abusiva e inaceptable.
Este fenómeno resulta heredero natural de la encomienda y se consolidó a partir de dos desastres bélicos que padeció Paraguay: la guerra de la Triple Alianza en 1864 y la guerra del Chaco en 1932. En ambas situaciones muchas familias sin recursos decidieron que sus hijos fueran criados por familias ricas.
Fotos Fotolia: Gabrieuskal / Tinnakorn
Trabajo publicado en: Ene., 2019.
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