Definición de Crispación
A través de la palabra crispación se pueden designar dos cuestiones, por un lado, puede designarse la contracción intempestiva y pasajera de un músculo.
Contracción muscular voluntaria por descargas nerviosas o la realización de esfuerzos
Denominado científicamente como síndrome benigno de la fasciculación, la crispación, es un habitual desorden voluntario de los músculos del cuerpo humano, que se caracteriza por la fasciculación de los músculos, que son pequeñas contracciones musculares y que de ninguna manera generan movimientos de los miembros.
La causa de la crispación se atribuye a descargas nerviosas naturales en las fibras musculares que pueden deberse a afecciones puntuales o bien por la realización de esfuerzos.
Entre los grupos de músculos más comunes en los que se produce la crispación se cuentan: los párpados, las piernas, los pies y los brazos.
Cabe destacarse, que generalmente la misma es ocasional y desaparece pronto, aunque, también puede aparecer de modo continuo.
Irritación e ira que manifiesta una persona como respuesta a un agravio o por estar sometido a una situación de tensión
Y por otra parte, la palabra crispación es usada para designar la irritación y la ira que demuestra o exhibe un individuo.
La crispación suele aflorar especialmente cuando algo nos provoca un desagrado o un malestar bastante intenso, es decir, cuando ocurre algo, o alguien nos hace un comentario que nos perturba la tranquilidad mental, porque básicamente es eso la crispación, afectar la armonía que una persona estaba disfrutando con algún evento negativo.
Entonces, la respuesta casi común a esto es una reacción de defensa o de rechazo, bastante impulsiva, es decir, no se la piensa demasiado sino que la desarrollamos sin pensarla, mayormente, en respuesta a ese agravio o molestia ocasionada por un factor externo.
La expresión, por caso, se llama crispación y puede presentar diversos grados, si por ejemplo el desagrado es concreto pero puede soportarse, la crispación no generará más que un grito o algún otro comportamiento que exprese ello, sin embargo, si la crispación está motivada por un hecho que nos afecta en lo más profundo sí pueden desarrollarse consecuencias graves, inclusive afectar la integridad de física de otros, en los casos más extremos.
Si bien existen individuos que disponen de esta característica como parte fundamental de su personalidad, es decir, como un rasgo recurrente, también, la misma suele aparecer y eclosionar ante un estado de tensión y nerviosismo ocasionado por la sucesión de un evento o acontecimiento que provoca un enorme descontento.
Un escenario en donde la crispación está presente es fácilmente reconocible dado que en el abundarán las discusiones y los gritos entre las personas involucradas en el mismo.
Vale mencionar que en aquellos contextos en los cuales la crispación manda es complejo llegar a acuerdos o desarticular ese estado de cosas crispado, aunque no imposible.
Es decir, si quien tiene la voz de mando en un grupo o sector crispado es permeable al diálogo y a superar esa situación es posible que se supere la crispación y entonces se arribe a un estado en el que prime el acuerdo.
La voluntad de diálogo pude torcer a la crispación
Pero claro, es importante mencionar que es imprescindible la voluntad y predisposición al diálogo de las partes porque de lo contrario sería inviable que se pueda alcanzar un acuerdo y que el estado de crispación ceda.
En estos tipos que corren, tan frenticos y donde el estrés muchas veces nos juega una mala pasada es habitual que la gente se crispe con una mayor frecuencia e intensidad, especialmente en las grandes urbes donde parecería ser que el día no alcanza para hacer todo lo que hay que hacer, o para llegar al lado que debemos por contingencias como el tránsito, o las manifestaciones donde existen cortes de calles y vías, por ejemplo.
Estos hechos puntuales crispan a los automovilistas y a los que viajan en ómnibus, entre otros, y muchas veces suelen desencadenarse peleas muy fuertes, porque es la única manera que disponen para canalizar esa crispación.
Por supuesto que no es la correcta, pero a veces gana el impulso más que la cabeza, como mencionábamos líneas arriba, y más si la persona ya viene sufriendo una pesada carga de estrés.
Trabajo publicado en: Jun., 2013.
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