Definición de Crowdfunding
Periodista esp. e investigador
Entre las cosas que ha revolucionado la llegada de la economía colaborativa se cuenta la financiación de proyectos de todo tipo, desde culturales a tecnológicos, que ofrecen productos pero también servicios o, simplemente, algo altruista, mediante el mecenazgo popular, recabando pequeñas aportaciones de muchos individuales. Es lo que se denomina crowdfunding.
En inglés, y literalmente, crowdfunding significa “financiación a través de la masa”, y se refiere a una campaña de financiación basada en el mecenazgo popular, en el que gran cantidad de personas realizan pequeñas aportaciones, de forma que la suma por volumen de donantes permite acabar reuniendo una cantidad alta de dinero.
Es lo que en castellano también se ha dado en llamar “micro mecenazgo”, debido a que las cantidades aportadas de forma individual por cada uno de los participantes, son pequeñas en comparación al total.
Esta forma de financiación se opone al esquema más tradicional de buscar uno o dos inversores, o bien uno o pocos mecenas, que muchas veces pueden formar una estructura de patronazgo sobre un proyecto, para apoyarlo pero también controlandolo.
En el micro mecenazgo o crowdfunding el control por parte de alguien que no sea el creador del proyecto es difícil, ya que hay demasiada gente realizando aportaciones, el medio de Internet propicia a que sean distantes geográficamente y desconocidas entre ellas, y es difícil ponerlas a todas de acuerdo.
Por lo tanto, el crowdfunding ofrece a los impulsores de la idea a financiar un mayor control, puesto que se eliminan las injerencias de accionistas o inversores mayoritarios.
Las campañas para conseguir fondos se articulan normalmente a través de algún servicio de Internet, un sitio web en el cual puede consultarse la explicación y la documentación del proyecto, y se puedan realizar las aportaciones económicas en el caso que interese.
Pese a que aquí estoy hablando constantemente de aportaciones, muchas de estas ofrecen algo a cambio.
Por ejemplo, en el caso de un dispositivo electrónico, podríamos tener varias cantidades como aportación posible, las más bajas con una recompensa de, simplemente, un agradecimiento, mientras que las más altas tendrían un dispositivo gratuitamente (que, de hecho, ya habrían pagado con la aportación).
Ello lleva a que muchos dispositivos electrónicos hagan sus primeras ventas a través de la campaña de crowdfunding que les da origen.
El pago debe poder ser realizado a través del mismo sitio web en el que se expone el proyecto, y por ello en los sitios de mecenazgo se puede pagar a través de sistemas electrónicos como tarjeta de crédito o Paypal, como más populares.
En otras ocasiones, en lugar de un producto, podemos financiar una obra de teatro o la filmación de una película, ganando con ello el derecho a una copia en DVD o una entrada para asistir al estreno.
Las plataformas dedicadas a la consecución de fondos para proyectos mediante crowdfunding se han multiplicado en los últimos años, contando entre las más famosas con Verkami.
En los últimos tiempos, el modelo de plataforma de crowdfunding ha dado lugar a otras iniciativas no necesariamente vinculadas con la financiación o el dinero, como por ejemplo los sitios web que recogen firmas para campañas (como cambiar leyes o apoyar una causa) que se basan en el mismo sistema y una tecnología similar, pero que no recogen ni manipulan dinero, sino simplemente datos personales de los firmantes en cada petición.
El primer crowdfunding realizado exitosamente gracias a Internet fue realizado en 1997 por los fans de la banda de rock británica Marilion.
No obstante, el concepto del micromecenazgo ha estado presente en nuestra vida desde mucho antes de la popularización o, siquiera, la invención de Internet; buen ejemplo de ello, y aunque con otro formato, fueron los “bonos de guerra” que diversos gobiernos emitieron a finales del siglo XIX y principios del XX (por ejemplo, en la Primera Guerra Mundial) para financiar el esfuerzo bélico del conflicto.
Afortunadamente, los comienzos del crowdfunding en Internet han tenido un origen mucho menos violento, siendo protagonizados, sobre todo, por las artes y, en especial, la música.
A lo largo de estos años, y al amparo de las diversas iniciativas, han ido naciendo varias plataformas especializadas en un tipo u objetivo del mecenazgo.
Kickstarter se dirige más a proyectos de hardware, mientras que IndieGoGo, pese a mantener un importante grupo de proyectos vinculados con la tecnología, se nutre también de proyectos artísticos.
Algunos proyectos que han llegado a cuajar gracias a un crowdfunding han sido, por ejemplo y entre otros, el software de diseño 3D Blender, el primer smartwatch Pebble, o el videojuego Star Citizen.
Fotos: Fotolia – Andrey Popov / Mast3r
Trabajo publicado en: Nov., 2017.
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