Definición de Desertización
A menudo confundido con el término desertificación, la desertización es un proceso similar pero atribuido normalmente a causas naturales mientras que el primero es considerado el resultado directo o indirecto de la acción del ser humano. Podemos decir que ambos términos tienen en común la idea de la formación de zonas desérticas en aquellos lugares o espacios donde previamente existían terrenos fértiles. Sin embargo, en el caso de la desertización las causas son naturales por lo cual el proceso es considerado como un proceso evolutivo de algunos tipos de territorios o espacios que sufren la acción directa del clima y de otros elementos naturales.
La desertización, a diferencia de la desertificación, es un proceso que lleva mucho tiempo y que puede incluso no llegar a ser visible por varias generaciones de humanos. Debemos decir que la desertización entonces se genera a partir del desgaste que elementos naturales como el clima, el viento, la falta de humedad o precipitaciones o incluso el congelamiento del suelo puede producir. En algunos casos, la desertización fue un proceso que llevó miles de años y que tomó lugar mucho antes incluso de que el ser humano existiera: las grandes glaciaciones pueden ser consideradas un tipo de desertización ya que impidieron que terrenos antiguamente fértiles pudieran seguir siendo habitables por especies animales y vegetales.
La desertización entendida como un proceso natural es siempre espontánea y sucede por la acción permanente y constante de los elementos erosivos sobre el suelo (por ejemplo el viento) o por las mismas características de una región (por ejemplo, escasas precipitaciones, baja humedad, tendencia a temperaturas altas, etc.). En algunos casos particulares, también la disposición del suelo ha colaborado a este fenómeno debido a la escasa presencia de minerales que se agotaron y que volvieron a los suelos en desérticos.
Se considera que varias regiones del planeta hoy en día desérticas fueron alguna vez fértiles. El ejemplo más claro es el del Sahara, una región que durante mucho tiempo, antes de la aparición del ser humano, fue fértil y rica en nutrientes. La zona del Cercano Oriente y la Mesopotamia también fueron en su momento zonas muy fértiles y sedes de grandes poblaciones que peleaban por su posesión. Esto se puede conocer a partir del estudio de las diferentes capas de tierra en las que quedan registradas las marcas de diversas eras.
Trabajo publicado en: Ene., 2012.
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