Definición de Ecosistema Acuático
Título de Profesora de Biología
1. Los ecosistemas acuáticos son unidades naturales de interacción de organismos vivos y elementos abióticos en un ambiente acuático, es decir, dentro, sobre o próximo del agua.
Etimología: Ecosistema, configurado sobre el prefijo eco-, con base en el griego οἰκο- (oiko-), en función de ‘casa’, ‘medio’, ‘hábitat’.+ Sistema, por el latín tardío systēma, respecto del griego σύστημα (sýstēma), que describe una ‘serie de elementos que constituyen un conjunto funcional’.
Cat. gramatical: Sustantivo masc.
En sílabas: e-co-sis-te-ma + a-cuá-ti-co.
Ecosistema Acuático
Un ecosistema es aquella comunidad inserta en un determinado medio y en la que conviven activamente los seres vivos que la componen. En tanto, un ecosistema acuático es aquel que existe en el agua, cuyos componentes vivos, vegetación y animales conviven y se desarrollan.
Nuestro planeta dispone de dos tipos de aguas, salada (océanos y mares) y dulce (lagos, ríos, arroyos, lagunas, entre otros), por tanto, los animales y las plantas que viven en alguno de estos dos tipos cuentan con naturales características que les permitirán subsistir en las condiciones que priman en los mencionados ecosistemas de agua. No será lo mismo para un animal adaptado a la vida en agua salada acomodarse a las condiciones totalmente diferentes que se plantean en la dulce. En los casos en los que no existe la adaptación a los cambios, las especies suelen desaparecer.
Cualquier ecosistema necesita para subsistir de dos tipos de elementos, los bióticos (con vida) y los abióticos (sin vida), cuya interrelación eficiente contribuirá al equilibrio y subsistencia del ecosistema en cuestión. Entre los primeros se destacan los vegetales, los animales, hongos y bacterias, y por los bióticos cuentan el aire, el sol, el agua, el clima, la temperatura.
Cuando hablamos de interacción y de la necesidad de que todos los elementos mencionados en el párrafo anterior estén presentes tiene que ver con el hecho que unos a otros se necesitan para mantenerse y desarrollarse en el ecosistema acuático. Así, los vegetales o zooplancton son el alimento básico de peces pequeñísimos y de animales acuáticos como la ballena y al mismo tiempo, el zooplancton necesita sí o sí de la energía que le aporta la luz solar para poder seguir viviendo. Los pececitos más pequeños a su vez son el alimento que necesitan los más grandes y el resto de las plantas acuáticas también sirve de alimentación a los hongos y bacterias que están en ese hábitat.
Alcance e importancia
Hablar de ecosistemas acuáticos contempla el estudio de las interacciones propias existentes en los nichos con muy elevada presencia del vital líquido, desde los vastos océanos, hasta los pantanosos humedales, pasando por lagos, lagunas y ríos, cuya abundancia de agua condiciona de manera contundente la supervivencia de todas las especies que en ellos habitan. Estos espacios a su vez se ofrecen ante el resto del planeta como:
1) reservorio de agua para el cumplimiento de los ciclos biogeoquímicos;
2) hábitats de un sinnúmero de especies endémicas;
3) medio para la evolución de especies con adaptaciones morfológicas particulares para la supervivencia en el agua, permitiendo la existencia de poríferos, cnidarios, peces, anfibios, moluscos, crustáceos y otros invertebrados, así como de los mamíferos más grandes que aún existan;
4) fuentes de nutrientes para el abastecimiento de las demás regiones y ecosistemas;
5) áreas para la regulación de las dinámicas atmosféricas y climáticas;
6) ecosistemas destinados a la purificación de las aguas.
Caldo de la vida
Además de estas contundentes razones, los ecosistemas acuáticos se destacan entre todos los demás por ser las potenciales fuentes de los orígenes de la vida, habiendo permitido el aglomeramiento de las primeras moléculas orgánicas que posibilitaron el desarrollo de las células primarias, que pudieron prosperar debido a la alta concentración de nutrientes y energía disponibles en estas zonas, hasta dar paso al desarrollo de formas de vida cada vez más complejas, que por adaptación lograron abrirse paso hacia la conquista de nuevos y menos confortables espacios hacia todos los confines de la Tierra.
De los microorganismos existentes en estas áreas, depende la mayor parte de los procesos de descomposición de la materia orgánica, para su reintegro en las dinámicas vitales, así como la integración de la energía solar a las cadenas tróficas y el equilibrio atmosférico a través de la transformación del dióxido de carbono en oxígeno por parte del fitoplancton, fenómeno en el que también las algas contribuyen con una cuantiosa cuota.
El fluir del agua
La conservación de los ecosistemas acuáticos se hace indispensable para el sustento de las dinámicas del ciclo del agua, siendo que en ellos esta se almacena en suficientes cantidades para su redistribución hacia las demás regiones, por medio de los movimientos de las propias corrientes de agua y las masas de aire que la transportan hacia su destino de precipitación, tras su evaporación y la condensación que forma las nubes, mientras que los frágilmente robustos arrecifes coralinos ayudan a la preservación de las condiciones geográficas y ambientales de las costas, contra los embates del oleaje de los mares, permitiéndonos también el disfrute de paradisíacas playas en todas las latitudes.
Del mismo modo que en el agua salada, en la dulce hayan protección y estabilidad los bosques, siendo a lo largo de las riveras que se concentran la mayor cantidad de especies terrestres, bajo el cobijo de los inmensos árboles, que además de proveer la sombra necesaria para el mantenimiento de la estabilidad de la temperatura, se ofrecen como albergue y fuente de alimento para infinidad de aves y todo tipo de demás animales, por ende, la perturbación de los ecosistemas acuáticos, bien sea por la contaminación de las aguas, o bien por la reducción de los niveles de su disponibilidad, conlleva al deterioro de la estabilidad de todas y cada una de las especies presentes en el ecosistema, representando un riesgo inminente para su supervivencia.
Ecología para la economía
Cabe destacarse que los ecosistemas acuáticos disponen de una relevancia enorme a la hora del desarrollo de diversas actividades como la agricultura, la provisión de agua para consumo personal y la producción de ciertos productos. Sin embargo, debemos mencionar que la inescrupulosa y deficiente acción humana, materializada en la contaminación de las aguas, muchas veces es una amenaza concreta y directa a la continuidad de la vida y de las especies.
Por otra parte, la navegación de las aguas ha servido, desde tiempos ancestrales, como un medio de transporte efectivo que permite el traslado y comercio entre las diversas regiones, incluso con fines recreativos y de esparcimiento, ofreciendo oportunidades únicas para la identificación personal con los aspectos más esenciales y sensibilizadores de la naturaleza, para recordarnos la importancia que tiene para nuestra propia supervivencia el aprender a respetar el magnífico equilibrio con el que se sostienen todas las demás especies y elementos sobre el planeta.
Art. actualizado: Dic,. 2024; sobre el original de septiembre, 2014.
Referencias
Banderas, A. G., & González, R. (1996). La limnología, una revisión del concepto. Tecnología y ciencias del agua, 11(1), 77-84.Bridgewater, P. (2007). Perspectivas sobre conservación de ecosistemas acuáticos en México. Instituto Nacional de Ecología.
Martínez, C. F. R., & Villalobos, F. B. (2016). Marina. Real de Catorce.
Pérez, G. R., & Restrepo, J. J. R. (2008). Fundamentos de limnología neotropical (Vol. 15). Universidad de Antioquia.
Escriba un comentario
Contribuya con su comentario para sumar valor, corregir o debatir el tema.Privacidad: a) sus datos no se compartirán con nadie; b) su email no será publicado; c) para evitar malos usos, todos los mensajes son moderados.