Definición de Falacia Naturalista

Falacia se usa para indicar que un argumento es aparentemente válido. Falacia equivale a sofisma y etimológicamente proviene del latín fallacia y este del verbo fallere, que quiere decir engañar. Por otra parte, en la terminología propia de la lógica se denomina falacia a los errores que se cometen en los razonamientos.

La falacia naturalista es un tipo de error muy común en las argumentaciones éticas

Cuando se afirma que la homosexualidad es antinatural y debido a ello es inmoral se está empleando un argumento falaz. Cuando se dice que algo es moralmente bueno porque es natural también se incurre en una argumentación engañosa. En pocas palabras, el componente de falsedad consiste en partir de una realidad concreta y objetiva y deducir de ella un criterio moral sobre lo que debería ser correcto.

En términos filosóficos la inconsistencia lógica de esta falacia se basa en que es imposible deducir el deber ser de algo a partir de su ser. Filósofos como David Hume o Richard Pierce sostienen que las doctrinas éticas para las cuales la bondad es reducible a una propiedad natural están incurriendo en la falacia naturalista. En síntesis, afirmar que lo natural equivale a bueno es una valoración ética sin fundamento.

Al margen de la cuestión estrictamente filosófica, hay que tener en cuenta que este razonamiento inconsistente y engañoso se puede emplear por dos razones distintas. Por un lado, con la intención de engañar o manipular a alguien o, por el contrario, porque se desconoce su dimensión falaz y se considera una forma válida de argumentación.

La justificación de la esclavitud es un ejemplo clásico de falacia naturalista

Durante siglos la esclavitud fue considerada una práctica normal y moralmente aceptada. Así, había hombres poderosos de una raza supuestamente superior que sometían a otros hombres de razas valoradas como inferiores.

El fenómeno de la esclavitud era aceptado socialmente por varios motivos: era una tradición, se basaba en la «superioridad» de unos individuos sobre otros, se entendían que el derecho a la propiedad debía prevalecer sobre otros derechos individuales y, por último, se consideraba que el amo actuaba correctamente porque se hacía cargo de un ser inferior.

El sometimiento de unas personas se había normalizado socialmente y, por lo tanto, parecía algo natural. En consecuencia, oponerse a la esclavitud tenía una dimensión antinatural y, paralelamente, lo que iba en contra de lo «natural» era considerado algo incorrecto desde el punto de vista de la moral.

Foto Fotolia: luckykot