Definición de Flor

David Alercia
Licenciado en Biología

Las flores son órganos reproductivos que tienen la doble función de portar y proteger los órganos formadores de gametas de las plantas y atraer a los polinizadores, para asegurarse la fecundación o polinización cruzada (una planta poliniza u otra, siendo lo contrario de la autopolinización, donde una planta se poliniza a sí misma). Las flores han desempeñado un papel crucial en la evolución de las plantas y en la diversificación de la vida en la Tierra.

Estamos tan acostumbrados a que la mayoría de las plantas tienen flores, que se nos escapa que no siempre en la historia de la vida ha sido así. Las flores aparecieron como una novedad evolutiva en las plantas hace relativamente poco tiempo, en el marco del tiempo geológico de la evolución. Pero no todas las plantas del reino Plantae tienen flores, sino que son exclusivas de un grupo de plantas: las angiospermas o, sencillamente, plantas con flores.

Estructura de una flor

Las flores tienen una estructura en la que todas sus partes están orientadas a cumplir su función reproductiva.

Las estructuras externas, los sépalos y pétalos son estériles, pero forman el cáliz y la corola respectivamente. El cáliz y la corola protegen las partes fértiles de la flor, y suelen tener (sobre todo los pétalos) colores y patrones de color que son responsables de la atracción de los polinizadores.

Los órganos reproductivos de las flores son el androceo y el gineceo. El androceo está formado por estambres. Cada estambre es un largo filamento con un saco en la punta. Estos sacos son los órganos reproductores masculinos y tienen a su cargo la producción de polen. Por su parte, el gineceo, que tiene forma de una botella o de un largo tubo en el centro de la flor, es el órgano reproductor femenino. El extremo del gineceo, el estigma recibe el polen. Una vez que el polen ha llegado al estigma, comienza la fecundación, que dará lugar al desarrollo de un embrión y una semilla; es decir, una nueva generación de plantas.

En las flores perfectas hay androceo y gineceo. Si bien este tipo de flores podría autofecundarse, existen adaptaciones de las flores que lo impiden.

Por lo general, los estambres y el gineceo maduran a diferentes tiempos, lo que asegura que el gineceo no sea receptivo cuando los estambres de la misma flor están liberando polen.

Las flores imperfectas, por otro lado, tienen un solo tipo de órgano reproductivo: tienen androceo y son flores masculinas o gineceo y son flores femeninas.

Las flores pueden aparecer aisladas, o en grupos de florecillas denominados inflorescencias.

La inflorescencia parece una única estructura floral, pero en realidad está formada por una multitud de pequeñas flores. Los girasoles o las margaritas, por ejemplo, son inflorescencias: cada uno de los “pétalos” del girasol es en realidad una flor, y la corona central está formada por cientos de flores con forma de tubo.

Historia: las primeras flores

Las primeras plantas con flores aparecieron en el período Cretácico, hace unos 130 millones de años. Antes de los dinosaurios, ningún animal vivo sobre la tierra vio flores.

Estas plantas transformaron el paisaje, no solo dándole color. Las flores abrieron toda una gama de posibilidades ecológicas nuevas para las plantas, permitiéndoles vivir donde nunca antes habían podido.

Actualmente, las angiospermas son el grupo de plantas dominantes en casi todos los ambientes de la Tierra y las aguas continentales. No hay angiospermas en el océano y muy pocos ambientes de, como la Taiga, aún están dominados por gimnospermas y líquenes.

Cómo actúa el proceso de polinización

Las plantas se reproducen sexualmente mediante la polinización. En este proceso, el polen, que es la gameta masculina de las plantas, es transportado a las estructuras reproductivas de otra planta, donde se encuentra la gameta femenina. Si el polen llega a las estructuras correctas (esto es, de la misma especie), ocurre la fecundación.

La evolución de las flores les dio a las plantas una ventaja evolutiva crucial. Antes que tuvieran flores, las plantas dependían en gran medida del viento o el agua para su reproducción. El polen era liberado en grandes cantidades al viento, y la polinización ocurría cuando el viento llevaba ese polen de una planta a otra. Este método sigue siendo utilizado por las gimnospermas, como las coníferas.

En las coníferas, por ejemplo, los conos masculinos liberan el polen al aire, y es transportado a los conos femeninos de otra conífera cercana. Pero esta forma de polinización es ineficaz: requiere producir grandes cantidades de polen y depende de las corrientes de viento. La planta no tiene ninguna garantía de que el polen llegue a otra planta o se pierda para siempre.

Con las flores, el proceso de polinización se hizo más eficiente y específico. Ahora, las plantas utilizan insectos para llevar el polen de una flor a otra de la misma especie. Las flores tienen patrones y aromas distintivos, y, además, producen una sustancia azucarada: el néctar.

El néctar, los colores y el perfume atraen a los insectos. Los insectos desarrollaron preferencias por ciertas flores, descartando otras. Así, cuando el insecto visita la flor para obtener el néctar, la planta lo cubre de polen. Cuando el insecto visita otra flor (que es probablemente otra de la misma especie, porque el insecto siempre va a buscar un tipo especifico de flor que es la que le gusta), deposita, involuntariamente, el polen que traslada.

El insecto obtiene una dulce recompensa y la planta obtiene un mecanismo mucho más eficaz de polinización, ya no necesita generar enormes cantidades de polen ni liberarlo al viento con la esperanza de que el viento lo lleve a las estructuras reproductivas de otra planta. Esta co-evolución forjó la historia de las plantas y los insectos. Algunos otros animales, como ciertas aves y algunos murciélagos, se alimentan de néctar, pero los principales polinizadores siguen siendo los insectos.

Por: David Alercia. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional de Córdoba, especializado en gestión ambiental, y trabaja en turismo científico.

Art. actualizado: Dic. 2023; sobre el original de enero, 2009.

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