Importancia de Constantinopla
La ciudad mágica de Constantinopla, centro del mundo Antiguo y Medieval, es claramente uno de los ejemplos más claros de poder y lujo así como también de maravillas históricas. Aquí un poco más sobre ella.
Los orígenes de una ciudad mítica
Si queremos comprender verdaderamente qué fue Constantinopla, es importante que señalemos que aquella mágica y mítica ciudad no ha desaparecido. Ese fue el nombre con el que se conoce a la actual ciudad de Estambul, en el país de Turquía. Sus orígenes están bien datados y podemos señalar que la misma fue fundada por el emperador romano Constantino, quien la transformaría en la ciudad más moderna de su época y le daría el nombre. Su fundación sobre las bases de la antigua ciudadela que allí se encontraba se dio en el año 336, tan solo unas pocas décadas antes de que el Imperio Romano llegara a su fin y se desmembrara en Occidente y Oriente.
Desde ese año, la ciudad de Constantinopla (el nombre significa «la ciudad de Constantino») se convertiría rápidamente en una de las ciudades más importantes y habitadas de la Antigüedad, contando con más de medio millón de habitantes. Pero además, un elemento fundamental en su historia, fue el hecho de que la ciudad se dividía en dos partes: una en el continente europeo y la otra en el continente asiático, ambas separadas por el Mar de Mármara.
La ciudad que permitía el paso hacia Oriente
Este dato que acabamos de dar es muy significativo para entender la importancia de Constantinopla. A lo largo de toda la Edad Media y hasta el año 1453, esta ciudad se volvió el paso obligado para los navegantes que quisieran aventurarse a viajar a Medio Oriente o Lejano Oriente en busca de productos lujosos o exquisitos. Los barcos surcaban el Cuerno de Oro y podían así llegar a Asia para seguir el camino hacia terrenos muy lejanos.
El fin de un punto de encuentro entre dos continentes
Pero en 1453 los otomanos (árabes) tomaron la ciudad al conocer que esta generaba un importante número de ganancias en impuestos cobrados a los barcos. De este modo se cortó el comercio con Occidente casi de manera inmediata y, cuando los europeos salieron a buscar nuevas rutas hacia el océano Atlántico, muy progresivamente la ciudad comenzó a decaer y a perder su vigor.
En la actualidad, la ciudad de Estambul es la capital de Turquía y mantiene gran parte de su belleza, historia e importancia aunque ya no es la mítica Constantinopla.
Imágenes: Fotolia. Scaliger – Cesar
Trabajo publicado en: Nov., 2016.
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