Importancia del Disco Duro Externo
La informática tal y como la conocemos surgió indudablemente de la necesidad de tratar y almacenar de un modo automatizado grandes cantidades de datos. Es por ello que su desarrollo se ha dirigido principalmente (y se dirige) a como mantener a salvo la información.
Cuando los equipos fueron evolucionando surgió un problema: la movilidad de esa información almacenada. Es evidente que un equipo informático, por muy longevo que sea, no dura para siempre, con lo que la información debía poder moverse, trasladarse de un lado a otro. Es por ello que se idearon diversos dispositivos con los que mover la información de un equipo a otro: desde antiguas placas con transistores, tarjetas de memoria analógicas, cintas, disquettes, CDs, DVDs… todos ellos son métodos que permiten mantener en ellos una cierta información y moverla fisicamente de sitio.
Los primeros discos duros se crearon con la idea de ser dispositivos fijos, contrapuestos a los llamados discos blandos de la época (los famosos disquettes). Así, la mayoria de los primeros PCs tenían en su interior un disco duro, capaz de almacenar una gran cantidad de información, y luego permitían el intercambio de datos mediante una controladora de discos blandos. Era en el primero donde se instalaba el sistema operativo y los programas básicos, y donde el PC guardaba, modificaba, ejecutaba… todos los trabajos realizados.
El sistema aún hoy en día se sigue empleando: un disco duro fijo de gran capacidad sobre el que el ordenador trabaja mayoritariamente y luego otras memorias portátiles en los que se guarda la información que se desea conservar o trasladar (sean memorias flash, DVDs, pendrives…, etc). Sin embargo cuando una persona quiere mover una gran cantidad de datos surge el problema de que las memorias portátiles generalmente no ofrecen suficiente capacidad. Fué por ello que se idearon los discos duros externos. Estos discos duros externos funcionan de manera similar a los discos duros internos, pero con la salvedad de que se pueden mover entre varios dispositivos informáticos, conectándolos a un puerto del ordenador. Así, si una persona deseaba copiar todos sus datos de un PC a otro, podía hacerlo a un disco duro externo, llevárselo con él, y usarlo para trabajar en otro dispositivo. Además, al ser discos duros, suelen ser mucho más rápidos y fiables que cualquier otro dispositivo portátil.
Los discos duros no eran más que en realidad capas de discos superpuestas, y por tanto, mucho más sensibles al roce y movimiento que los discos blandos, recomendándose que no se moviesen mientras trabajaban, pues se podían ocasionar daños irreparables.
Los discos duros externos, aunque portátiles, tampoco deberían moverse mientras trabajan, sino que deberían estar apagados para su traslado.
En la actualidad, sin embargo, con el desarrollo de las tecnologías online del tipo nube (cloud), la tendencia es a usar menos discos duros portátiles y más la red para el almacenaje de grandes cantidades de información, puesto que estos sistemas permiten tener esa información disponible automaticamente desde cualquier dispositivo del mundo, simplemente teniendo una conexión a internet.
Trabajo publicado en: Sep., 2014.
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