Importancia de la Evolución
Como hecho biológico, la evolución representa un cambio trascendental para una especie en cuanto posibilidad para su sobrevivencia ante los cambios propios que sean capaces de experimentar, como al respecto de otras especies con las cuales comparte nicho, tales como lo serían sus propios depredadores y más aún las que les sirvan de fuente de alimento, en función de mantener las relaciones simbióticas, y con ello el equilibrio en el ecosistema.
Por lo tanto, la evolución de las especies marca una importancia fundamental a la hora de la preservación -de un necesario equilibrio-, en la relación entre los seres vivos y los fenómenos geográficos y climáticos de su ecosistema, convirtiéndose en los estímulos externos más frecuentes e importantes a la hora de evaluar cuáles son los factores promotores principales en la evolución, por lo que ésta puede ayudarnos a comprender, inclusive, cómo han cambiado las condiciones del planeta a lo largo de las eras geológicas y cómo dichos cambios han repercutido en las diversas formas de vida.
La evolución es un proceso de transformación en las características fisiológicas, anatómicas e inclusive sociales en los seres vivos, como mecanismo de respuesta a los múltiples factores que les aporta su entorno. Sin embargo, para que un cambio pueda ser considerado un hecho evolutivo real, éste ha de manifestarse como proceso en toda una comunidad de una misma especie, manteniéndose a través de varias generaciones, y no solo en un individuo, ya que en este último caso, el cambio podría simplemente desaparecer tras su muerte y no haber representado nada para el resto de los miembros de su especie, convirtiéndose apenas en una mutación particular.
Estudio
Resulta inevitable mencionar a Charles Darwin (1809-1882), reconocido y consolidado a lo largo de los años como el principal constructor de la teoría de la evolución, no obstante, no fue el único que en su misma época se planteara las preguntas correctas, y más aún, que se aventurara hacia la búsqueda de las respuestas que permitieron, desde ese entonces, el desarrollo de la evolución como campo de estudio científico.
Desde los aportes de Lamarck (1744-1829), previo al propio Darwin, se hace ya innumerable la cantidad de descubrimientos que hasta nuestros días se han realizado sobre este tema. Aún así, no se logra terminar de completar el inmenso rompecabezas de adaptaciones, cambios y estímulos que los produjeron, en cada una de las especies que coexisten con nosotros, las que ya desaparecieron hace mucho y, ni siquiera, sobre la propia especie humana, dejándonos la inquietante pregunta para la cual todavía nadie tiene respuesta: ¿seremos capaces de resolver algún día todos los misterios que esconde la evolución? Con cada nueva evidencia que se encuentra, el rompecabezas evolutivo se hace más grande en piezas faltantes, por lo que esta es un área de investigación científica que seguirá teniendo mucho futuro e importancia en todas sus vertientes.
Adaptación y cambios en la Evolución
Sin la capacidad de transformación, inducida por la necesidad de adaptarse a los cambios externos, los seres vivos delimitados como especies, simplemente desaparecerían con gran facilidad ante cualquier variación del medio en el cual se encuentren, y que pudiese representar una considerable alteración en los elementos esenciales que requiera una determinada especie para su supervivencia.
Es así como podemos afirmar que una especie cambia en función de que su entorno cambia, y esta estrecha relación de transformaciones constantes conlleva a la evolución. Por ejemplo, las aves. Si consideramos el hecho de volar como una medida de evolución, ante la necesidad que este grupo particular de seres vivos tiene para poder adaptarse a los constantes cambios que experimentan sus fuentes de alimentos, en cuanto comiencen a escasear éstos en su entorno inmediato, las aves, sin su vuelo, simplemente morirían de hambre, esperando a que el árbol del que se alimentan vuelva a generar frutos, o se reponga la población de insectos, o cualquier otro ser que entre en su menú.
El ejemplo anterior se limita a un sólo hecho básico necesario para la vida: la alimentación. Pues bien, existen muchos otros factores indispensables, como la reproducción, el abrigo y las relaciones tróficas entre las especies, que, sin la evolución, no podrían establecerse equilibrios entre los factores y el entorno, y todo esto ha de ocurrir para cada una de las especies vivas.
La importancia más esencial de la evolución ha sido -y será- permitir la continuidad de la vida sobre el planeta, por encima de cualquier circunstancia y por más drástica que sea. La especie que logre adaptarse ante las adversidades, es la que indudablemente prevalecerá, pese a que ello implique transformaciones fisiológicas, anatómicas y conductuales tales que, ante los ojos del sistema de clasificación científica de los seres vivos, se les pueda considerar especies completamente distintas al ancestro que inició el proceso de evolución para que sus descendientes sobrevivieran.
Trabajo publicado en: Feb., 2014.
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