Importancia de la Lucha contra el Feminicidio
En muchos territorios del planeta las mujeres continúan padeciendo todo tipo de abusos. Cuando estos abusos se convierten en actos violentos que conducen al asesinato se trata de un fenómeno conocido como feminicidio.
Un batalla en la que todos salimos ganando
Normalmente los homicidios están asociados a un interés económico, a la venganza y a otras motivaciones relacionadas con las pasiones humanas. En el caso del feminicidio, la víctima es una mujer y el principal motivo por el cual se produce el asesinato es el odio hacia las mujeres.
La lucha contra el feminicidio no es una batalla de ganadores y perdedores. En realidad se trata de un combate contra la intolerancia, la violencia y la injusticia. Es un combate que no solo afecta a las mujeres, sino que los hombres también pueden y deben participar.
La lucha contra el feminicidio no debería limitarse a campañas de concienciación ciudadana o expresiones de condena cuando una mujer es asesinada. Para erradicar las ideas y los sentimientos que conducen al feminicidio hay que educar a los más pequeños con criterios de plena igualdad entre hombres y mujeres.
El origen del fenómeno
Esta etiqueta es relativamente reciente, pero los asesinatos de mujeres no lo son. Para explicar este fenómeno es necesario recurrir a tres perspectivas diferentes: el rol de la mujer en la historia, el papel de la mujer en la sociedad actual y la mentalidad machista dominante en algunos países.
Desde que se impuso un modelo patriarcal hace miles de años, la mujer ha permanecido a la sombra del hombre. Durante siglos la inmensa mayoría de mujeres se han dedicado al cuidado de sus hijos, de su hogar y de su esposo.
Algunos casos de mujeres relevantes en algún aspecto son excepciones a la norma general. Es en el siglo XlX cuando el movimiento feminista empieza a reivindicar el derecho al voto femenino y un cambio social generalizado en relación con los derechos de la mujer.
En la actualidad el rol de la mujer es distinto en oriente y en occidente
En oriente todavía no se ha alcanzado la plena igualdad entre hombres y mujeres y en occidente se han producido importantes avances pero todavía la mujer está subordinada al hombre en muchos ámbitos.
Una parte de la población masculina tiene esquemas mentales machistas. En este contexto, el típico machista no acepta que las mujeres tengan cargos de responsabilidad y cree que el mundo femenino tiene una categoría inferior al mundo masculino. El machista se siente incómodo con la igualdad entre sexos y su incomodidad le puede conducir en casos extremos al odio y al crimen.
Imágenes: Fotolia. adrenalinapura / nuvolanevicata
Trabajo publicado en: Nov., 2017.
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