Definición de Impugnar

La palabra impugnar permite dar cuenta de aquella acción en la cual un individuo o agrupación combate, contradice o refuta con algún argumento o cualquier otro recurso válido, algo que se considera que es equivocado, o en su defecto ilegal, y que claro, por esas condiciones de erróneo o ilícito lo perjudica.

Refutación de un argumento erróneo o de una cuestión ilegal a partir de pruebas

Se trata de un concepto que se aplica en diversos contextos y que siempre refiere el rechazo de una afirmación, la anulación de los argumentos que por ejemplo alguien expone, a través del uso de contra argumentos que le sacan certeza o verdad.

Por ejemplo, las teorías y las leyes persistirán hasta que no se logre su impugnación conforme.

Siempre que se quiera impugnar, refutar algo, en cualquier contexto, será necesario presentar pruebas o argumentos valederos en este sentido y que no dejen dudas al respecto que es correcto anular una decisión o derribar una idea qu sostiene un oponente, entre otros.

Derecho: acción que se interpone en proceso judicial

Por ejemplo, a instancias del Derecho, es recurrente encontrarse con este concepto, ya que es una acción que puede imponerse en un proceso judicial. “La defensa impugnó el fallo de la cámara que exime de prisión a su defendido.”

Esto quiere decir que los abogados, o abogado defensor del acusado, presentaron un recurso a través del cual se rebate la decisión a la cual llegó el tribunal que entendía respecto de la excarcelación de su defendido y que por supuesto no otorgó.

Política: voto nulo, rechazo de un resultado electoral, debate político en el que se refuta la propuesta de un oponente

También, en el ámbito de la política, el término impugnar resulta ser muy frecuente, ya que se conoce popularmente como impugnar, impugnación de voto o voto nulo, a aquel voto mal efectuado por un elector en una elección y que por tanto implicará la nulidad una vez que se realice el recuento de votos.

Cabe destacar, que el voto impugnado puede convertirse en tal de manera accidental o intencional, en tanto, entre las situaciones que pueden determinar la nulidad del voto se destacan las siguientes: incluir en el sobre una boleta no oficial o que no corresponde; colocar varias boletas de candidatos para el mismo cargo, impidiendo que se determine por cual candidato se votó; colocar solamente el fragmento de una boleta; introducción de objetos extraños; escribir o tachar la boleta, entre otras.

A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las legislaciones con el voto en blanco, que sí puede implicar el favor de una de las opciones políticas presentadas, el voto impugnado, directamente, anula el voto en cuestión, no cuenta, no suma.

Históricamente, el voto impugnado, está asociado a una modalidad de protesta de la que han hecho uso agrupaciones políticas o ciudadanos respecto de la presentación de algunos candidatos, o para directamente expresar su disconformidad con todas las propuestas presentadas a una elección determinada.

Siguiendo en el contexto de la política, el concepto se usa mucho también a instancias de las elecciones para designar a la acción que puede desarrollar un partido político contra otro porque considera que ha incurrido en fraude en las elecciones en las que compitieron.

Esta situación es muy habitual y también muy compleja a veces de comprobar.

Los partidos que no ganan en las elecciones y que han estado cerca de hacerlo, porque quedaron a nada más que pocos puntos suelen impugnar el triunfo de su competidor, y ello implica realizar una denuncia ante la justicia competente para que revise el acto eleccionario en todas sus aristas.

Por otra parte, a instancias de los debates políticos pre electorales también es una práctica constante la de la impugnación de los argumentos del adversario, para desbaratar su postura y que triunfe la propia, hecho que tiene como fin lograr el voto del electorado.

Cada vez que alguien se proponga impugnar el argumento de otro, en cualquier contexto deberá rescatar aquellos dichos del oponente que son falsos o con los que no se está de acuerdo y explicar por qué no son ciertos o no convenientes, y finalmente promover los argumentos propios que contradicen a los expuestos por la persona que se impugna para de esta manera afianzar la creencia en lo que decimos.