Definición de Interacción Biológica
Licenciado en Biología
Todas las especies de la tierra, desde las bacterias hasta los seres humanos, forman parte de un ecosistema, y como tal, todas se relacionan de alguna manera con otras especies. Las interacciones interespecíficas son las que se establecen entre los organismos de distintas especies que conviven. Estas interacciones pueden ser de varios tipos, dependiendo de cómo afecten a cada especie involucrada.
Los ecosistemas son complejas redes de relaciones entre todos sus componentes: seres vivos y elementos del medio físico. Los ecosistemas no son, como a veces se puede pensar, colecciones de especies que habitan en un lugar determinado, sino que son las relaciones que se establecen entre ellas y con el medio físico lo que define al ecosistema.
Interacciones negativas: predación, parasitismo y competencia
Las relaciones en las que solo uno de los dos participantes se beneficia, se denominan parasitismo si el organismo perjudicado no muere durante la relación y predación, si uno de los dos organismos muere (porque es comido por el otro).
La predación ocurre cuando una especie (depredador) se alimenta de otra (presa), causando su muerte. La depredación es una interacción negativa para la presa y positiva para el depredador, ya que así obtiene su alimento.
Por ejemplo, el león depreda a la cebra, y el águila depreda al ratón. Las relaciones de predación también se establecen entre los herbívoros y las plantas (siendo las plantas las que son predadas, aunque comúnmente tenemos más presentes las dramáticas imágenes de cacerías de las leonas de los documentales de vida salvaje).
El parasitismo se da cuando una especie (parásito) vive a expensas de otra (huésped), causándole daño o enfermedad. El parásito se beneficia de los recursos del huésped, pero no lo mata.
El tipo más común de parasitismo es cuando el parásito obtiene su alimento a partir de los fluidos, o tejidos del huésped, y vive dentro o sobre él. Este es el caso, por ejemplo, de las pulgas y garrapatas de los perros que se alimentan de sangre, y viven sobre el perro o de las tenias y áscaris, parásitos intestinales de los humanos (y de muchas otras especies de mamíferos).
En el parasitismo, el parásito no mata directamente al huésped para comérselo, porque si el huésped muere el parásito también muere, pero puede provocar en el huésped debilidad o enfermedades, y una infección masiva puede ocasionar la muerte del huésped.
Existen organismos a los que los parásitos parecen no afectarles para nada. Ciertos peces albergan un parásito en su cavidad bucal que se alimenta de sus mucosas. Cuando este entra a la boca del pez, se adhiere a su lengua y comienza a alimentarse de los vasos sanguíneos de la lengua.
Con el tiempo, el pez pierde la lengua y el parásito la sustituye con su propio cuerpo. A partir de este momento, el pez puede usar al parásito como su propia lengua y no solo no les afecta para nada, sino que, si se les quita el parásito, el pez muere.
Este tipo de relación no estaría completamente dentro del marco del parasitismo, porque si bien el parásito se alimenta del pez y no puede vivir fuera de él, el pez, una vez que ha perdido la lengua, también depende del parásito para seguir vivo.
Hay otros tipos de parasitismo menos conocidos, como el parasitismo de nidada de ciertas aves, como el tordo.
Los tordos adultos ponen sus huevos en el nido de otras aves, que criarán a los pichones de tordos como propios. A menudo, los pichones de tordo son más grandes que los pichones de sus padres adoptivos, y terminan acaparando todo el alimento que les traen sus padres.
La competencia se observa cuando dos o más especies utilizan el mismo recurso limitado, como el alimento, el espacio o la luz. La competencia reduce la disponibilidad del recurso para ambas especies y puede afectar su supervivencia y reproducción. Por ejemplo, las plantas compiten por el agua y los nutrientes del suelo, y los animales carnívoros compiten por las presas.
Interacciones neutras: comensalismo
El comensalismo se da cuando una especie (comensal) se beneficia de la relación con otra (anfitrión), sin afectarla ni beneficiarla. El comensalismo es una interacción positiva para el comensal y neutra para el anfitrión.
Por ejemplo, el pájaro carpintero utiliza el hueco de un árbol como refugio, sin dañar al árbol. O los buitres africanos, que se alimentan de los restos de comida de los leones. El buitre se beneficia de una actividad de los leones, pero los leones no se ven perjudicados, ya que el buitre espera a que estos terminen para comer los restos y no les roba su comida.
Interacciones positivas: mutualismo
Existen relaciones en la que las dos especies se benefician, y se conocen como mutualismo. El mutualismo es una interacción positiva para ambas especies, ya que les permite obtener recursos o servicios que no podrían obtener por sí solas.
Por ejemplo, la abeja y la flor se benefician del mutualismo: la abeja obtiene néctar y polen de la flor, y la flor obtiene polinización de la abeja.
El pez payaso mantiene limpia a las anémonas de mar, y a cambio, obtiene protección ocultándose entre sus venenosos tentáculos. El veneno de la anémona no afecta a los peces payaso, pero sí a sus depredadores, por lo que el pez obtiene una excelente protección.
El caso del parásito que sustituye la lengua de los peces, después de una etapa inicial de parasitismo, en donde el pez pierde la lengua, evoluciona a una etapa de mutualismo, donde ambas especies se benefician mutuamente: el pez consigue una lengua nueva y el parásito, alimento.
Las interacciones mutualistas son muy variadas, y la cooperación es una fuerza evolutiva tan poderosa como la competencia para moldear el ecosistema.
El grado de dependencia de las especies mutualistas puede variar entre la ayuda mutua, como el pez payaso y la anémona, que son perfectamente capaces de vivir separados, hasta una dependencia mayor, como el caso de las plantas, que dependen de los insectos polinizadores para reproducirse, o el pez sin lengua que depende de su parásito para alimentarse.
Los líquenes, que son una asociación de un hongo y un alga, y si bien algunas especies de hongos formadores de líquenes pueden vivir separados de su alga, es muy raro encontrarlos así.
El alga, que es fotosintética, provee hidratos de carbono al hongo, y este ayuda a mantener húmedas las células del alga, que tienen menos tolerancia a la sequedad. El liquen puede sobrevivir en ambientes en donde ni el alga ni el hongo podrían sobrevivir por su cuenta.
Estos son algunos de los tipos de interacciones entre especies en un ecosistema, pero existen muchos más. Estas interacciones influyen en la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas, así como en la evolución y adaptación de las especies.
Trabajo publicado en: Jul., 2023.
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