Significado de lectura crítica Definición, importancia, ejercicios, y juzgar un texto jurídico
Licenciada en Derecho
Definición formal
La lectura crítica es la capacidad individual de interpretar, comparar y razonar un texto, evitando el engaño, la manipulación y sumisión de pensamientos, apreciando la gran oportunidad que hoy existe gracias una creciente universalidad del acceso a la información y facilidad de ello a partir de un clic.
Es lo que le permite a uno tornarse en un rol activo para identificar, por ejemplo, una fake news, como también revelar la intención de un medio determinado capaz de desempeñarse en asociación al poder de turno o en pos de derribarlo. Uno aprende a cuestionar, y desde esa postura enriquece su saber, empujado por el propio interés.
No obstante, es importante ser objetivo con uno mismo, para que las aspiraciones y deseos personales no influyan en el juzgamiento, y en este marco, hay que tener la entereza por reconocer problemas en el entorno afín y aciertos en las filas ideológicas opuestas. De lo contrario, esta herramienta se torna un obstáculo, configurando una realidad acorde a lo que a uno desearía.
Importancia de incentivar la práctica y cómo ejercitarlo
Esta modalidad se desarrolla a partir de crear la costumbre en los lectores a realizarse preguntas sobre el texto que están leyendo. Mientras que el lector convencional jamás inquiere el texto, sino que lo replica en su mente. En efecto, para acostumbrarse al hábito de la lectura crítica hay que hacerse siempre las siguientes interrogantes:
1. ¿Cuáles son las fuentes del texto? ¿De dónde obtuvo información el autor? ¿Las fuentes son veraces?
2. ¿Cuál ha sido la intención del autor al escribir el texto?
3. ¿Cuál es la tesis que plantea el autor?
4. ¿Cómo exterioriza el autor la información?
5. ¿Cuál es el tono del texto? (serio, alegre, irónico, escéptico, etc.).
6. ¿Qué lenguaje uso el autor?
7. ¿Qué opino yo [lector] del texto?
Tener esta costumbre lectora redunda en varias ventajas, por ejemplo, se sabe que un lector crítico tiene más capacidad de tener opiniones propias. A su vez, tiene las siguientes bondades:
A. Estimula la formación de un pensamiento crítico. No es un pensamiento repetitivo, sino capaz de formular posturas propias. Hay que tener en cuenta que este modo de pensar hace que las ideas cambien, evolucionen, evitando así estancamientos intelectuales.
B. Permite juzgar literatura considerada canónica. Es cierto que los libros son una gran fuente de conocimientos, pero siempre son escritos por seres humanos, por lo tanto, no son perfectos. No obstante, solo con una lectura crítica nos percatamos de los aspectos mejorables en los textos.
C. La lectura crítica comunica información y enlaza conocimientos. No se limita a una única fuente de documentación. La comparación entre textos amplía el rango de ideas y permite un entramado de puntos de vista.
D. Esta modalidad de lectura enseña algo: que más importante que la información es el punto de vista del autor del texto. Es así como el lector entiende que, en vez de recibir información, en realidad leer implica un diálogo y un debate con el autor del texto.
E. Tal vez, lo más importante es que aparece la figura del “lector activo” la cual es contraria al “lector pasivo”.
Como es de suponerse, esta es la lectura que debe promoverse a nivel universitario (y hasta en secundaria), inculcada desde la juventud.
La lectura crítica como derecho del estudiante: ¿Sí o no?
Es un tema que puede ser controvertido dependiendo del enfoque. Resulta que la lectura crítica tiene un detalle: juzga lo leído. Pone en el paredón del juicio a los autores considerados como pilares de temas universitarios. Debido a ello, muchas veces se niega la posibilidad de esta lectura para mantener ciertos estatus académicos.
¿Qué consecuencia tiene lo anterior? Pues, que se niega la lectura crítica, lo cual es algo curioso que las universidades la eviten, o que la apliquen discriminadamente. O sea, que es válido discutir ciertos autores, meintras otros se catalogan como referencias intocables.
Lo cierto es que el estudiante tiene derecho a cuestionar porque el aprendizaje es meramente suyo y enteramente propio. La asistencia a la universidad es por su deseo de aprender, pero está mal negársele el derecho a la postura reflexiva que le permita elaborar su propio conocimiento.
¿Es posible juzgar documentos jurídicos, como la sentencia de un caso?
Por supuesto que se puede realizar. Hay que tener en cuenta que una sentencia es, en última instancia, una declaración de una persona respecto a las leyes. La labor de todo abogado es ser crítico de este tipo de textos. Por ejemplo, solo con la lectura crítica de una sentencia se pueden encontrar los flancos de la misma y lograr apelarla con éxito.
Recomendaciones para criticar un texto de orden legal:
1. Hacer la descripción de la sentencia:
• Una lectura detallada.
• Anotar los hechos juzgados.
• Verificar cada fase del aspecto procesal.
• Detectar las intenciones de las partes.
• Indicar el meollo jurídico principal.
• Anotar el fallo del tribunal.
• Una lista con las razones jurídicas del fallo.
2. Parte crítica de la revisión de la sentencia:
• Entender el contexto jurídico del caso (marco jurídico, época y lugar).
• Importancia de la sentencia como jurisprudencia.
• ¿Cómo se resolvió el asunto jurídico?
• Comparación de la sentencia con otras similares.
Una lectura crítica también implica ver donde el redactor de la sentencia está desinformado; asimismo, percatarse de las motivaciones de la sentencia. Con todos estos aspectos, se pueden elaborar argumentos para entender un documento jurídico de este tipo y evaluarlo de la mejor manera posible.
Resumen de las principales características
Sin duda, es una modalidad de lectura que se distancia del tradicional estilo de leer académico. Hay que tener en cuenta que el conservadurismo académico no juzga los textos. Al contrario, los considera una forma de conocimiento que es obligatorio no solo aprender, sino memorizar, a partir del momento en que estos son aprobados por la comunidad especializada.
Al otro lado, este instrumento enarbola un diálogo con el texto. La intención de la misma es que el lector no obtenga un conocimiento del texto, sino que elabore su propio conocimiento a partir del juicio crítico de lo leído. En tal sentido, es una lectura que puede dar como resultado la negación parcial o casi total de lo leído, pero planteando posturas propias.
Igualmente, otro de los rasgos es la comparación constante. No se limita al texto que se repasa, sino que busca compararlo con otros. El lector crítico procura diseccionar el texto: cotejar sus fuentes, las intenciones del autor, la manera en que se elaboró el escrito, así como reconocer la postura sostenida en dicho texto. Un lector crítico para nada es un mero receptor de la información plasmada en un escrito.
Trabajo publicado en: Sep., 2020.
Ilustraciones: nuvolanevicata, artpustovit