Definición de Los Embajadores (Pintura)
Esta pintura está fechada en 1533 y fue pintada por el holandés Hans Holbein (1497-1543), conocido por su sobrenombre, «el joven». En la actualidad la obra está expuesta en la National Gallery de Londres.
Principales características
Fue realizada cuando el autor se encontraba residiendo en Inglaterra. En esta etapa conoció a los personajes de su obra, dos embajadores franceses. Ambos aparecen retratados a tamaño natural y situados a los dos extremos de una mesa en la que se extiende un paño de Oriente.
Sobre la mesa aparecen una serie de objetos cuidadosamente escogidos: instrumentos astronómicos, un globo terrestre, un cuadrante solar y un libro.
Debajo de la mesa se encuentran otros objetos: una escuadra, un globo terrestre, un compás, dos libros y un laúd. En la esquina izquierda hay un objeto extraño flotando sobre el suelo, aparentemente un hueso o una concha marina. Detrás de los personajes cuelga una cortina de seda como telón de fondo. Por otra parte, en el cuadro aparece un piso de mármol y una serie de mosaicos que pertenecen a la Abadía de Westminster.
En la composición se distingue un equilibrio de líneas, así como estructuras verticales y horizontales, formas circulares y líneas diagonales. Esta pintura destaca por su realismo y el despliegue de lujo.
Las figuras humanas y los objetos son destacados por el efecto de una luz suave. El sentido de la profundidad se logra por el pavimento y por el color verde de la cortina.
El simbolismo de los Embajadores
Los elementos de esta pintura tienen un evidente valor simbólico. Los personajes representan el poder de la nobleza. La parte superior hace referencia al mundo celeste y los objetos relacionados con la astronomía transmiten un mensaje: el conocimiento humano se encontraba en un proceso de reinterpretación de las órbitas celestres. Los objetos que aparecen en la parte inferior de la mesa simbolizan el mundo terrestre (los libros están abiertos y en ellos se observan referencias al trivium y al cuadrivium de los estudios medievales). La presencia simbólica del mundo celeste y terrestre tiene una relación con la revolución copernicana que se inició en el siglo XV.
El misterio del objeto extraño es finalmente desvelado
Cuando un observador mira a cierta distancia esta obra, no puede identificar qué es exactamente el objeto que aparece flotando en la parte inferior de la obra. Sin embargo, a medida que el observador se acerca ya es posible percibir con nitidez el objeto extraño. Lo que parecía un hueso o una concha es en realidad una calavera humana.
La novedosa percepción de la calavera no es algo casual, sino que el pintor realiza deliberadamente una deformación de la imagen. Esta técnica pictórica es conocida como anamorfosis. Con ella se obliga al observador a que cambie su valoración inicial de la obra.
Trabajo publicado en: Jul., 2018.
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