Definición de Maldecir
Según una creencia popular muy extendida es posible que alguien provoque un mal en otro a través del deseo. De esta manera, maldecir implica querer que algo malo le ocurra a otra persona. Normalmente toda maldición va acompañada de algún tipo de insulto o descalificación y a través del mismo se pretende infringir un perjuicio en otro.
La intervención de las fuerzas malignas
La acción de maldecir a una persona para perjudicarle en algún sentido es algo tan antiguo como la propia humanidad. Desde un punto de vista estrictamente racional no hay pruebas que demuestren el poder de las maldiciones. Como norma general, el mecanismo de toda maldición presenta los siguientes aspectos:
1) alguien desea profundamente dañar a otra persona,
2) se invoca a algún poder espiritual o demonio o se realiza un hechizo para que se provoque el mal sobre otro individuo y
3) tras el proceso anterior, la víctima de la maldición padece una situación dolorosa.
Quienes creen en el poder de las maldiciones, también creen que es posible algún tipo de mecanismo para evitarlas.
La maldición de Tutankamón es un ejemplo paradigmático de la irracionalidad de las maldiciones
En 1922 el arqueólogo británico Howard Carter descubrió la tumba del faraón Tutankamón en Luxor. Después del descubrimiento de los grandes tesoros que se escondían en la tumba ocurrieron una serie de desgracias muy llamativas: falleció repentinamente el magnate que financiaba la expedición a las pocas semanas a causa de una picadura de un mosquito y en los años sucesivos murieron 21 personas relacionadas con la excavación de la tumba.
Esto hizo que muchos periódicos hablaran de la «Maldición de Tutankamón». De esta manera, parecía que el espíritu del faraón se había rebelado contra todos aquellos que habían profanado su tumba. A pesar del gran impacto mediático, con el paso del tiempo se demostró que todas las muertes tenían una razón totalmente lógica, pues la inmensa mayoría de los “malditos” fallecieron a los 75 años como edad promedio.
Una forma de hablar
Cuando se habla de maldecir no siempre hay un ritual espiritual extraño para dañar a otro, sino que es una forma de expresar un sentimiento de rechazo u odio hacia alguien. Por lo tanto, se trata de una forma de hablar que no debe interpretarse de manera literal. De hecho, cuando las cosas nos van mal decimos que maldecimos nuestra propia suerte y cuando un equipo de fútbol pierde en varias ocasiones en la tanda de penaltis se utiliza la expresión «la maldición de los penaltis».
En el lenguaje cotidiano se emplean otras expresiones y etiquetas en un sentido figurado o directamente como una forma de insulto (los poetas malditos, los vecinos malditos, etc.).
Fotos: Fotolia – AJR – DURIS Guillaume
Trabajo publicado en: Jun., 2017.
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