Significado de microscopio Definición, historia e importancia

Definición formal

El microscopio es una herramienta óptica creada por el holandés Zacharias Janssen, quien se dedicara a la fabricación de lentes. El término está conformado a partir de una combinación de los vocablos griegos: mikros, que refiere a pequeño, y skopein, cuyo significado es observar.

La importancia de esta invención sería reconocida más tarde, a partir de las investigaciones de un vendedor de telas, Anton van Leeuwenhoek, quien se transformaría en un ícono de la biología; precisamente comenzaría analizando los propios tejidos que vendía, perfeccionando el equipamiento para alcanzar nuevos niveles de profundidad microscópicos. Los primeros trabajos de Leeuwenhoek, presentados en Londrés, estaban relacionados con los hongos y bacterias del moho, y los detalles del aguijón de una abeja. Es responsable del descubrimiento de los protozoarios (1674) y de los espermatozoides (1677).

Objetivo: Observar microelementos imperceptibles para el ojo humano

Se trata de un elemento creado para contemplar con certeza y efectividad todos aquellos materiales, objetos, y sustancias muy pequeños, que son imposibles de ver a través del ojo humano.​

Los lentes especiales con los que está confeccionada esta herramienta permiten justamente agrandar aquellas partículas super pequeñas.​

Consiste de un sistema de lentes que amplían la imagen cuando se posan sobre objetos o elementos ultra pequeños.​

Historia: Auxiliar de la ciencia y sus avances

Existen controversias respecto de su creador, arrojándose finalmente la titularidad del invento al fabricante de lentes de origen hoandés Zacarías Janssen, hacia finales del siglo XVI, más precisamente en el año 1595.​

Janssen no era científico ni mucho menos, sino un comerciante aficionado a la observación y en este afán es que logró desarrollar uno de los inventos más relevantes y funcionales de la historia de la ciencia. ​

En los primeros años del siglo XVII, 1609, el astrónomo italiano Galileo Galilei, popularizó su uso y hasta le permitió avanzar en las mejoras de otro aparato de observación importantísimo para la ciencia: el telescopio.​

En 1625 se estableció su denominación formal de microscopio.​

Sin lugar a duda ha sido la ciencia el ámbito que mayores beneficios logró tras esta invención porque se hizo posible la contemplación de cosas y aspectos diminutos que permitirían explicar fenómenos, enfermedades, entre otros. ​

El salto cuali y cuantitativo que se vivió en este campo, a instancias de la experimentación y la investigación, fue magnífico.​

Importancia en los descubrimientos cientíticos

No solamente permitió identificar cuestiones inapreciables al ojo humano sino también avanzar en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, algo prácticamente inviable hasta su creación. ​

A mediados del siglo XVII, otro comerciante holandés de profesión, Anton van Leeuwenhoek, usó un microscopio y observó por primera vez bacterias, espermatozoides, y los glóbulos rojos.​

En realidad estudió microscópicamente el semen y en ese momento descubrió la presencia de los espermatozoides, hecho que indudablemente marcó un antes y un después en el conocimiento del proceso de reproducción humana.​

Los primeros microscopios fueron ópticos, constando de dos lentes, una cercana a los ojos, y otra a lo que se pretende observar, en sus variantes monocular y binocular, que agrandan la imagen, alcanzando un límite de mil quinientos aumentos.​

En el siglo XX (1931), con la revolución sucedida a instancias de la tecnología, se desarrolló el microscopio electrónico que proporcionó un aumento extraordinario e inédito y que funciona a partir de una porción de electrones que replica la imagen en una pantalla fluorescente. ​

Pero los avances tecnológicos no se detuvieron allí y también fue posible añadirle una mayor precisión y sofisticación al estudio incorporándole una cámara que graba lo que se aprecia y de esta manera poder enseñarle a otros lo observado.​