Definición de Mitigación del Cambio Global

David Alercia
Licenciado en Biología

La mitigación del cambio climático se refiere a las acciones destinadas a reducir o prevenir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Con estas acciones, se espera que el cambio climático, y el cambio global que este desencadena, se desacelere, y sus consecuencias sean menos dramáticas.

El cambio global es una realidad, y su manifestación más evidente para todos, no solo por las consecuencias que genera en el ambiente, sino también por sus impactos trasversales en nuestras sociedades es el cambio climático.

El cambio climático es uno de los mayores desafíos que tenemos como sociedad en el siglo XXI. Algunas de las consecuencias ambientales más notables del cambio son los eventos climáticos extremos (olas de frío o calor, tormentas, largas sequias), derretimiento de glaciares y aumento del nivel del mar, pérdida de biodiversidad, con la consiguiente degradación o pérdida de servicios ecosistémicos. Estas condiciones ambientales generan situaciones peligrosas, o amenazas, que son situaciones capaces de causar daño a las personas o a sus bienes.

Cuando las poblaciones quedan expuestas a estas amenazas, se generan situaciones de riesgo, en la que la conjunción de amenaza y exposición puede resultar en pérdidas humanas o materiales. El nivel de exposición de una población a la amenaza se conoce como vulnerabilidad.

Por ejemplo, una inundación es una amenaza, porque esa situación es capaz de causar grandes daños. Pero si no hay una población expuesta, no pasa nada. Si la inundación ocurre en un lugar remoto, sin población ni infraestructura, el peligro (la inundación) no habrá generado daños a la población y el riesgo es nulo.

Un escenario distinto ocurre cuando hay una población expuesta, en nuestro ejemplo, supongamos que la inundación ocurre en una ciudad. En este caso, el riesgo existe y depende de qué tan vulnerable sea esa ciudad a la inundación; por lo que habrá que evaluar esa vulnerabilidad y reducirla si es posible.

La inundación está fuera de nuestro control, no podemos hacer nada con las amenazas climáticas; lo que sí podemos hacer es prepararnos para que, llegado el caso de que se presente una amenaza climática, no genere tanto daño.

Para abordar estas situaciones, se han desarrollado dos enfoques principales, con objetivos diferentes pero complementarios: la adaptación y la mitigación. La mitigación consiste en intentar hacer que los efectos del cambio climático sean menos dañinos. Las estrategias de mitigación se centran en reducir las amenazas, y esto se consigue, básicamente, disminuyendo las acciones contaminantes que aceleran el cambio climático, como la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación. La adaptación consiste en reducir la vulnerabilidad de las sociedades ante las amenazas generadas por el cambio climático.

Fundamentos de la mitigación del cambio climático

Las principales estrategias de mitigación incluyen la adopción de energías renovables, la reforestación y la optimización de la eficiencia en el uso de la energía y los recursos.

La transición hacia fuentes de energía renovable, como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica, es un paso importante para reducir las emisiones de GEI. La generación de energía por estos medios no implica la quema de combustibles fósiles, lo que ayuda a reducir las emisiones contaminantes; pero algunas generan otros problemas ambientales a considerar a la hora de tomar una decisión.

Los bosques actúan como sumideros de carbono. En los ciclos biogeoquímicos, se conocen como sumideros aquellos compartimientos en donde el flujo del elemento (en este caso, el carbono) queda inmovilizado por un tiempo.

Al consumir CO₂ de la atmósfera para la fotosíntesis, las áreas forestales retiran grandes cantidades de este gas de la atmósfera, que queda retenido en la biomasa de la planta, y regresa a la atmósfera cuando la planta muere y su biomasa es quemada o se descompone de manera natural.

Por este motivo, la deforestación tiene un impacto doble en la aceleración del cambio climático. Por un lado, se libera todo el carbono retenido en la biomasa vegetal arrasada y por otro, se elimina un sistema capaz de retirar CO2 atmosférico.

Las iniciativas de reforestación y conservación ayudan a mantener y restaurar estos sumideros, contribuyendo a la mitigación del cambio climático. No solo los bosques y las selvas actúan como sumideros de carbono, todos los ecosistemas naturales tienen capacidad de retener carbono, aunque esta será mayor en los sitios con mayor cantidad de vegetación.

Los sistemas forestales artificiales (plantaciones de árboles) también actúan como sumideros, pero su capacidad de almacenamiento de carbono es menor que un ecosistema natural, dado que estas plantaciones carecen de la complejidad de un bosque, y, frecuentemente, su diversidad también es muy baja, con un puñado de especies.

Otro aspecto importante de la mitigación es mejorar la eficiencia en el uso de energía y recursos en sectores como la industria, el transporte e incluso en los edificios y en las ciudades.

Las fuentes de energía convencionales implican la quema de combustibles fósiles: la producción y uso de la energía tiene aparejado una emisión de gases de efecto invernadero, que está relacionado con la cantidad de carbono que se emitió para generar esa cantidad de energía. La generación de energía por medios convencionales es responsable de más del 70% de las emisiones de GEI.

La eficiencia en el uso de la energía hace referencia a lograr el mismo resultado utilizando menos energía, y este es el objetivo de la tecnología moderna. En nuestros hogares, los electrodomésticos y aparatos de bajo consumo ya son una norma.

Otro punto interesante en el que se puede plantear estrategias de mitigación es en el uso de fuentes de energía renovables, que no dependen de combustibles fósiles. Estás fuentes de energía se llaman renovables porque convierten la energía de procesos naturales en energía aprovechable para la sociedad (generalmente eléctrica o cinética).

Reemplazando las fuentes de energía convencionales se pueden reducir las emisiones de GEI. El reemplazo todavía no ha sido total. Pero las energías renovables tampoco están exentas de problemas ambientales de otro tipo, y es que algunas de ellas requieren grandes instalaciones que interfieren con el funcionamiento normal de los ecosistemas o incluso, que causan la muerte de organismos, como ocurre por ejemplo con las aves que mueren al chocar con las aspas de los generadores eólicos.

Instalar campos eólicos en una ruta migratoria de una especie de ave puede representar un serio problema para dicha especie. Existen algunos cálculos que indican que cada turbina mata al año entre 30 y 60 animales voladores. (La energía eólica, las aves y el ambiente | Aves Argentinas).

La instalación misma de una planta de energía alternativa puede representar la pérdida de hábitat para muchas especies, al alterar el ecosistema donde se instala. En la fase de construcción, las tareas de deforestación y preparación del lugar también tienen un impacto negativo que hay que considerar.

Todos estos impactos negativos de las fuentes de energía alternativas han de ser tenidos en cuenta a la hora de planificar y trazar estrategias de mitigación.

 
 
 
Por: David Alercia. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional de Córdoba, especializado en gestión ambiental, y trabaja en turismo científico.

Trabajo publicado en: Ago., 2025.
Datos para citar en modelo APA: Alercia, D. (agosto, 2025). Definición de Mitigación del Cambio Global. Significado.com. Desde https://significado.com/mitigacion-del-cambio-global/
 

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