Definición de Posteridad
La palabra posteridad hace referencia al tiempo que está por venir, es decir, el futuro. En cuanto a su etimología, viene del latín posteritas, que alude a las generaciones venideras. Por lo general, se habla de la posteridad en relación a la obtención de la fama después de la muerte.
Una reflexión sobre la gloria y el éxito más allá de la muerte
Uno de los aspectos que más influyen en el comportamiento humano es la búsqueda del reconocimiento social y del éxito. De alguna manera todos anhelamos un cierto éxito, ya sea en el ámbito profesional o en lo personal. Queremos conseguir el reconocimiento de nuestros semejantes tan intensamente que este sentimiento se proyecta más allá de la propia vida. Así, hay individuos que desean pasar a la posteridad, es decir, que las futuras generaciones le recuerden por sus logros o por el legado que han dejado a la humanidad
Desde una perspectiva estrictamente racional, el deseo de alguien de pasar a la posteridad es aparentemente contradictorio, pues desear aquello que no se va a disfrutar carece de sentido. Sin embargo, esta contradicción lógica desaparece si tenemos en cuenta que el ser humano tiene un sentido de la trascendencia y proyecta su vida más allá de las coordenadas del presente.
Personajes que han pasado a la posteridad
El hecho de que alguien pase a la posteridad implica que su trayectoria vital es reconocida desde un punto de vista histórico, pero este reconocimiento puede ser favorable o no. Si contemplamos la historia de la humanidad desde la óptica del presente observamos las dos caras de la posteridad.
Personajes como Buda, Jesucristo, Aristóteles, Alejandro Magno o Hipócrates han pasado a la posteridad por sus ideas, por el legado que dejaron a las siguientes generaciones y en todos estos casos sus aportaciones son consideradas positivas de manera generalizada.
Hay personajes que han pasado a la posteridad no por sus buenas obras sino por las malas, tal y como ha sucedido con individuos que han sembrado el terror (Hitler, Stalin y un largo etcétera de líderes totalitarios). Independientemente del juicio moral sobre unos y sobre otros, es evidente que todos ellos han pasado a la posteridad, para bien o para mal.
La cuestión de pasar a la posteridad no es aplicable exclusivamente a los grandes personajes, sino que también se puede emplear en relación con los hitos históricos, es decir, las grandes batallas, las revoluciones, los inventos y todo aquello que permanece en el recuerdo colectivo y en el legado histórico.
Fotos: iStock – George Clerk / Cristian Baitg
Trabajo publicado en: Jul., 2016.
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