Definición de Pulsión

Agustina Repetto
Licenciada en Psicología

Freud conceptualizó la pulsión como una fuerza psíquica que surge internamente y genera una excitación somática en el individuo. Esta excitación, con un carácter tanto biológico como psicológico, impulsa al individuo hacia la acción con el propósito de satisfacer una necesidad.

Es importante recalcar que la pulsión no está directamente vinculada a un objeto externo; más bien, emerge desde el interior del individuo, alimentada por una variedad de necesidades que pueden ser tanto físicas, como sexuales o emocionales.

Elementos esenciales: representación y afecto

En su esencia, la pulsión consta de dos componentes centrales: la representación y el afecto. La representación se refiere al significante mental que el individuo tiene del objeto que podría satisfacer esa pulsión. Por ejemplo, en el caso de la pulsión de hambre, la representación podría ser la imagen mental de alimentos específicos que podrían saciar esa necesidad. Por otro lado, el afecto está intrínsecamente ligado a la pulsión, representando la carga emocional asociada a la representación de esa necesidad insatisfecha.

El concepto ha sido fundamental en la comprensión de los procesos psíquicos y su conexión con las necesidades somáticas y emocionales del individuo. Desde su formulación inicial, la pulsión ha sido objeto de un análisis profundo y complejo en la teoría psicoanalítica.

La dinámica compleja de la Pulsión en la psique

La pulsión, como motor de motivación y desarrollo, desempeña un rol esencial en la configuración de la dinámica psíquica. Freud postuló que la pulsión es un elemento inherente a la naturaleza humana y puede manifestarse en diversas formas a lo largo del desarrollo del individuo. Estas pulsiones pueden ser de índole sexual, agresiva o de supervivencia, entre otras, y se entrelazan con la estructura psíquica del individuo, influyendo en sus pensamientos, emociones y conducta.

La interacción entre la pulsión, su representación y el afecto tiene un impacto significativo en la formación de los procesos psíquicos. Las pulsiones pueden ser reprimidas, sublimadas o expresadas de diversas maneras, lo que conlleva una diversidad de consecuencias en la vida psíquica del individuo. Por ejemplo, la represión de una pulsión puede dar lugar a conflictos internos, contribuyendo al surgimiento de síntomas e inhibiciones.

La Pulsión y los mecanismos defensivos

En el contexto psicoanalítico, se postula que los mecanismos de defensa desempeñan un papel esencial en la regulación de las pulsiones en la vida psíquica del individuo. Estos mecanismos, considerados estrategias inconscientes, se emplean para mitigar la ansiedad o el malestar ocasionado por la confrontación directa con pulsiones que pueden resultar inaceptables o conflictivas. La represión, un mecanismo paradigmático, opera relegando al inconsciente aquellas pulsiones o pensamientos que se perciben como amenazantes para la integridad psíquica. Por otro lado, la sublimación canaliza las pulsiones hacia actividades socialmente aceptadas y culturalmente valoradas, permitiendo así su expresión de manera más aceptable. Otros mecanismos, como la proyección o la formación reactiva, también se entrelazan con el manejo de las pulsiones, ofreciendo estrategias para lidiar con impulsos no deseados o amenazantes. Aunque estos mecanismos cumplen una función adaptativa al mitigar la ansiedad, su desequilibrio puede generar conflictos internos entre las pulsiones y su regulación a través de estos procesos defensivos

La Pulsión en diferentes etapas del desarrollo

Las pulsiones juegan un papel fundamental en el desarrollo psicológico a lo largo de las distintas etapas de la vida. Durante la infancia, las pulsiones están estrechamente vinculadas al proceso de socialización y al establecimiento de patrones de conducta. La pulsión oral, por ejemplo, se manifiesta en el deseo de satisfacer las necesidades de alimentación y succión, y su manejo adecuado puede influir en la formación de la personalidad.

En la adolescencia, las pulsiones sexuales cobran protagonismo, marcando un periodo de intensa exploración y desarrollo de la identidad sexual. Estas pulsiones pueden generar conflictos internos y externos a medida que el individuo busca equilibrar las demandas sociales y las propias necesidades.

En la adultez, las pulsiones de supervivencia y la búsqueda de realización personal se entrelazan con las demandas sociales y profesionales, influyendo en las decisiones, relaciones y metas personales.

Es evidente que las pulsiones, si bien evolucionan a lo largo del ciclo vital, continúan desempeñando un papel crucial en la configuración del comportamiento y la psique a lo largo de toda la vida.

 
 
 
Por: Agustina Repetto. Licenciada en Psicología, egresada de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Actualmente, estudiante del Posgrado en Sexualidad Humana: sexología clínica y educacional con base en Perspectiva de Género y Derechos Humanos.

Trabajo publicado en: Ene., 2024.
Datos para citar en modelo APA: Repetto, A. (enero, 2024). Definición de Pulsión. Significado.com. Desde https://significado.com/pulsion/
 

Referencias

Freud, S. (1915). Pulsiones y destinos de pulsión. En: Pulsiones y destinos de pulsión, Metapsicología y otras obras. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

Freud, S. (1920). Más allá del principio del placer. En: Más allá del principio del placer, Psicología de las masas y análisis del yo y otras obras. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

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