Definición de Queísmo
Tanto en el lenguaje escrito como en el oral se cometen imprecisiones y errores con cierta frecuencia. Uno de los errores más comunes en el lenguaje oral es el queísmo y está presente en la comunicación cotidiana del conjunto de países en los que se habla español.
La idea fundamental del queísmo y ejemplos
El queísmo es la supresión de una preposición que debería utilizarse en una oración. Por ejemplo, la oración «me enteré que estuvo en Paris » es incorrecta, pues debería decirse «me enteré de que estuvo en Paris». Si digo «me alegro que hayas ganado» también estoy cometiendo un error, pues lo correcto sería decir «me alegro de que hayas ganado».
La oración » estoy seguro que lo sabes » es igualmente incorrecta y debería ser «estoy seguro de que lo sabes». Las siguientes oraciones serían todas incorrectas, pues en ellas falta la preposición de antes del nexo que: «me alegro que vengas más tarde » y » me arrepiento que haya salido tan mal».
Principales causas del queísmo
La primera causa de este error es la economía lingüística, pues hablamos con rapidez y nos olvidamos de algunas palabras. En otras ocasiones se produce el queísmo por un excesivo temor a cometer errores. Por último, el desconocimiento de la sintaxis otro de los que produce este tipo de error.
El dequeísmo
El dequeísmo es otro error del lenguaje oral y es tan habitual como el queísmo. Consiste en usar indebidamente la preposición de. Veamos dos ejemplos de dequeísmo: » me consta de que el bar estaba vacío», » resulta de que el profesor no se presentó en clase » (en ambos casos, la preposición de se debería suprimir). En estas oraciones estamos en el caso de oraciones sustantivas que hacen la función de sujeto y, como norma general, ningún sujeto lleva una preposición.
Otros vicios y errores del lenguaje
Además del queísmo y el dequeísmo, en español se cometen otro tipo de errores. Uno de los más extendidos son las cacofonías, que consisten en sonidos inapropiados por su repetición (por ejemplo, tomando té te sentirás mejor). Los pleonasmos son igualmente habituales y son las repeticiones innecesarias de palabras o conceptos («sal para fuera» o «entra para dentro» son redundancias que deberían suprimirse y decirse simplemente sal o entra).
Los barbarismos son palabras extranjeras que no deberían utilizarse o errores gramaticales (es mejor decir estacionar y no aparcar y no es correcto decir haiga sino haya).
Fotos: iStock – Creative-idea / kimberrywood
Trabajo publicado en: Jun., 2016.
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