Definición de Reglamento
1. Establecimiento de normas que se aplican de forma justa dentro de un ámbito especificado en concordancia con el nivel jerárquico legal que le corresponde, cuyo incumplimiento puede tener sanciones económicas en el marco del Derecho Civil. Un reglamento tiene que ser correctamente difundido, de forma pública y registrado oficialmente. Ejemplos: Reglamentos deportivos, de fútbol, básquet, tenis, etc. b) R. interno de la empresa c) R. interno del condominio aplicado para los residentes, alcanzando tanto propietarios como inquilinos y visitantes. d) Reglamento escolar.
2. Quinta categoría de orden jerárquico jurídico de acuerdo a la pirámide de Kelsen, por el jurista y filósofo Hans Kelsen (1881-1973), de modo que no puede estar por encima de un decreto, así como tampoco de una ley ordinaria, orgánica o especial, y mucho menos, sobre la constitución.
Etimología: Formado por regla, en la forma del latín regŭla, y el sufijo -mento, visto en el latín -mentum, como propiedad de acción-efecto.
Cat. gramatical: Sustantivo masc.
En sílabas: re-gla-men-to.
Reglamento
Un reglamento es un conjunto ordenado y coherente de preceptos o normas que regirán el trabajo en una empresa, en una organización, la convivencia en un edificio de apartamentos, en una comunidad, un deporte, entre otras alternativas.
Un reglamento implica un grupo de pautas y normas que rigen una actividad. La finalidad principal de un reglamento es establecer un orden adecuado para que la actividad que se lleva a término transcurra por cauces razonables.
Limitaciones y dificultades
Si bien la noción de reglamento es considerada como necesaria y útil, no está exenta de dificultades. Son varias las circunstancias que pueden afectar negativamente a los reglamentos: 1) deben ser fácilmente interpretables, de tal manera que no sea posible entenderlos de manera distinta, 2) es conveniente que se basen en la experiencia y que no sean demasiado teóricos, 3) cualquier norma o regla debe ser evaluada por alguien (por ejemplo, un árbitro) y es habitual que el intérprete de las normas cometa errores o tenga prejuicios.
Reglas escritas y no escritas
Todo reglamento se refleja en un documento escrito donde se detalla lo que está permitido y lo que está prohibido en una actividad. De esta manera, si alguien duda sobre una norma concreta puede consultar el documento donde ésta aparece y saber con exactitud qué dice la norma en cuestión. Los reglamentos suelen incorporar cambios y transformaciones para mejorar en algún sentido (es lo que ha sucedido con el baloncesto, un deporte que ha incorporado nuevas reglas para que el juego sea más espectacular).
No obstante, en la mayoría de actividades reglamentadas encontramos reglas no escritas. Al no estar reflejadas, no son de obligado cumplimiento pero la tradición las convierte en «obligatorias». Si tomamos como referencia el fútbol, son diversas las reglas no escritas (el intercambio de camisetas, respetar el himno nacional del rival o no intentar jugar si en el otro equipo hay un jugador lesionado en el suelo).
Sencillez y complejidad
Hay reglamentos muy sencillos y otros realmente complejos. La orden de los benedictinos se basa en la conocida regla benedictina, la cual consta de un conjunto de artículos que suelen sintetizarse en uno, ora et labora (reza y trabaja). La complejidad normativa la podemos encontrar en algunos textos legales (por ejemplo, los boletines oficiales).
En los juegos infantiles podemos observar que los niños establecen sus propios reglamentos de una manera natural. Y en este sentido, resulta difícil imaginar una organización social sin reglas, pues incluso los humanos no civilizados se organizaban a partir de unos principios básicos que servían para ordenar la vida cotidiana. A medida que una sociedad va avanzando, va creciendo la complejidad de las pautas e inevitablemente surge la necesidad de establecer reglamentos para el conjunto de actividades.
Vivir sin reglas
Si alguien no respeta las reglas sociales es probable que se trate de un provocador, de un delincuente o que padezca algún tipo de trastorno. A lo largo de la historia encontramos individuos que han cuestionado las reglas sociales vigentes (el filósofo Diógenes de Sínope se oponía a cualquier tipo de imposición normativa ya que entendía que es una limitación de la libertad individual). Quien no respeta las normas legales impuestas se convierte en un infractor, en un delincuente o en un mafioso. Algunas enfermedades mentales se detectan cuando las personas viven ajenas a las reglas convencionales.
La ausencia de reglas está asociada con el desorden y la anarquía. Sin embargo, una reglamentación excesiva no siempre resulta eficaz, pues lo importante no es la regla en sí sino su cumplimiento.
El ser humano se enfrenta a una dicotomía con respecto a la idea de regla: seguirlas o incumplirlas. En situaciones normales, lo razonable es acatarlas pero en algunas ocasiones puede estar justificado su incumplimiento (por ejemplo, algunos casos de desobediencia civil se han inspirado en una ideal noble).
Fotos: iStock – Steve Debenport / shaunl
Trabajo publicado en: Jul., 2013.
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