Definición de Río Éufrates

Algunos ríos del planeta han tenido un papel protagonista en la historia de la humanidad. No sería posible entender la civilización del Antiguo Egipto sin tener en cuenta al Nilo. Las culturas indígenas de la cuenca amazónica adquieren sentido si conocemos el complejo entramado del cauce del río Amazonas. Las ciudades de Londres y Paris tampoco pueden desligarse del Támesis y el Sena.

El río Éufrates tuvo un papel determinante en el florecimiento de la civilización mesopotámica

La palabra Mesopotamia significa precisamente entre dos ríos. Así, las zonas no desérticas de Irak, Siria y Turquía fueron en la antigüedad la cuna de la civilización mesopotámica. Los dos ríos que determinaron la historia de estos territorios fueron el Tigris y el Éufrates. Los pobladores originarios de Mesopotamia fueron los sumerios, quienes se asentaron junto a ambos ríos.

En las dos cuencas fluviales se dieron las condiciones adecuadas para que los sumerios desarrollaran una agricultura avanzada. Así mismo, se considera que los sumerios fueron los inventores de tres grandes avances: la escritura, la rueda y los ladrillos de adobe.

Datos de interés

La relación entre los ríos Tigris y Éufrates no es solamente de carácter histórico, ya que ambos están unidos por el río Shatt al-Arab, el cual desemboca en las aguas del Golfo Pérsico.

El río Éufrates mide 2780 kilómetros desde su nacimiento en Turquía hasta su desembocadura en Irak. Sus principales afluentes son el Karasu y el Murat Nehri.

Su cuenca hidrográfica tiene unos 500.000 kilómetros cuadrados, por lo que sus aguas recorren un total de cinco países: Turquía, Siria, Irak, Kuwait y Arabia Saudita.

La cuenca del río es el hábitat natural de numerosas especies de animales, como la tortuga de caparazón blando, los ciprinidos, el pájaro carricero de Basora o el cormorán pigmeo.

Las aguas del río continúan siendo un pilar fundamental para algunos pueblos de Oriente Medio. En este sentido, las tierras fértiles que lo rodean proporcionan trigo y cebada. Por otra parte, el agua de la cuenca del Éufrates permite la generación de energía hidroeléctrica y facilita agua potable.

En la antigüedad el desbordamiento de los ríos Éufrates y Tigris era controlado por diques y canales que formaban una importante red de irrigación para la agricultura.

A pesar de su valor estratégico, existe un problema de contaminación del agua provocado por los vertidos industriales.

El territorio situado entre el Tigris y el Éufrates es la ubicación del paraíso terrenal descrito en la Biblia.

En los últimos años el Éufrates está perdiendo sus reservas de agua dulce como consecuencia de las prolongadas sequías. Para algunos estudiosos de las Sagradas Escrituras este acontecimiento está descrito en una de las antiguas profecías bíblicas (en Apocalipsis 16:12 se afirma que un ángel provocaría la sequía del río).

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