Definición de Salmo

Desde un punto de vista etimológico, la palabra salmo proviene del término hebreo hizmór y significa cantar o interpretar un instrumento musical. Este significado fue evolucionando y con el tiempo se transformó en un canto de veneración a Dios. Así, en la tradición religiosa judía y cristiana un salmo es una forma cantada y poética de alabar a Dios de diferentes maneras (mostrándole devoción, gratitud, expresando la necesidad de cumplir la ley divina, con un sentido histórico, profético, etc).

Se puede hablar de una doble dimensión del salmo: es un acto público de adoración relacionado con la liturgia (participa un grupo de creyentes) y, al mismo tiempo, se trata de un acto individual, donde cada persona se comunica con Dios de manera íntima.

Compartido por el judaísmo y cristianismo

En el Antiguo Testamento, la religión judía y cristiana comparten elementos comunes y uno de ellos es el conjunto de salmos, un total de 150, siendo el salterio el libro donde se recopilan. Algunos historiadores recuerdan que otras civilizaciones de la antigüedad anteriores a la tradición judía y cristiana ya se comunicaban con sus dioses a través de cánticos.

Los salmos no tienen autor

No existe un autor concreto de los salmos, sino que se trata de un elemento de la cultura popular (aunque no hay que olvidar que Salomón, David o Moisés fueron algunos de los inspiradores de estos cantos). Además de su intención de alabanza, incorporan una orientación formativa, ya que pretenden educar al pueblo en los valores religiosos y consolidar su fe. En este sentido, estos himnos de alabanza sirven también para cohesionar al grupo, darles identidad y un sentido de pertenencia.

Una reflexión sobre el sentido de los salmos

Las personas creyentes tienen la necesidad de comunicarse con Dios de una manera directa y sencilla. Hablar con un ser supremo no es tarea fácil, por lo que el salmo se presenta como un medio idóneo para que el ser humano pueda conectar con el Todopoderoso. De esta manera, el salmo actúa como una oración cantada que cumple una función comunicativa.

El salmo tiene una función recordatoria, es decir, el creyente tiene presente que por encima de otras consideraciones, el amor a Dios es la guía fundamental de su existencia.

El salmo tiene, igualmente, un efecto apaciguador y tranquilizador. De hecho, el propio Jesucristo recurrió a los salmos en algunas situaciones difíciles para encontrar un apoyo.

Por último, el salmo tiene un mensaje de optimismo y de esperanza, pues está dirigido a Dios, que vela y cuida de los hombres en todo momento.