Definición de Sufragio Universal
Doctora en Historia
El sufragio universal se encuentra anclado en nuestra cultura electoral como el derecho de votar y ser votado en las elecciones políticas de un Estado y cuyos resultados influyen en la orientación de la política en general. Por la forma del latín suffragium, asociado a la idea de una expresión de apoyo, aceptación.
La capacidad de elegir a un sujeto en forma pública para desempeñar alguna función específica bajo dichos esquemas está vinculada a la aparición del ciudadano, los derechos del hombre y los sistemas de representación popular, es decir, a un contexto de igualdad política para todos los hombres y mujeres. Aunque esto podría ser rastreado hasta la antigüedad clásica -el mundo grecolatino específicamente- el sentido del sufragio antes señalado aparece en forma paulatina a partir de la Revolución Francesa, en el ocaso del siglo XVIII. Debido a lo anterior, la posibilidad de que existiera más de un candidato para ser elegido en sustitución del Rey (y su designación divina) y con ello dar voz a las necesidades del pueblo, permitió la aparición de diversos mecanismos para elegir y ser elegido, votar o ser votado, o, en sentido estricto, dar el favor a alguien o en su defecto, recibirlo.
Si bien este contexto se transforma en los distintos Estados alrededor del mundo, la construcción del Estado nación durante el siglo XIX estuvo acompañada de las elecciones de candidatos y representantes para dar participación al pueblo. Ahora bien, esto no significó que desde el primer momento la posibilidad de ejercer el derecho del sufragio tuvo lugar de manera prolija, igualitaria y justa para todos los habitantes de un Estado. En un primer momento, esta posibilidad fue brindada sólo a los hombres que cumplían con ciertas características económicas, sociales y de privilegios que envolvían el proceso con un aire marcadamente elitista -al entender que sólo “los mejores” podían acceder a esta oportunidad-. De ahí que en un inicio el voto censitario fuese el de mayor práctica. Posteriormente y sobre todo con la lucha de otros grupos sociales relegados del proceso, por ejemplo las mujeres o los afrodescendientes excluidos de las urnas debido a la categorización de sus rasgos físicos y culturales, es decir, por cuestiones de raza o etnia, educación, condición socioeconómica y por supuesto el género, iniciaron una lucha que duraría hasta el siglo XX para lograr igualdad de circunstancias que los hombres educados y pertenecientes a los estratos más altos de la sociedad. Esto se transformó gradualmente hasta lograr convertirse en un derecho político que hoy es imperativo en los marcos normativos de casi todos los Estados del mundo.
Es muy importante comprender que el sufragio universal no existiría sin la concepción de los derechos del hombre, y que, sin dicha referencia sobre el tránsito de los súbditos a los ciudadanos, la existencia de unas garantías básicas sobre la salvaguardia del ser humano tanto en el ámbito físico, intelectual y emocional no conformarían un marco de pertinencia donde tuviera cabida el derecho a elegir a los representantes del ciudadano moderno -al menos en los casos de los gobiernos democráticos-.
Entonces, el sufragio universal, nace como consecuencia de una transformación importante sobre la concepción misma del hombre en sociedad, de cómo debe ser el papel de éste en función de la existencia también de una vida pública de la que inexorablemente participa en este contexto. Cada Estado detalla y precisa las formas en que tal derecho es alcanzado por los ciudadanos para ser ejercido, siendo la edad uno de los rasgos más coincidentes como requisito indispensable para ejercer el voto. Ésta es distinta en cada lugar, siendo el lapso entre los 15 y 21 años el momento en que un ser humano se considera apto para participar de forma responsable en el mundo público que habita. El paso masificado del voto a todos y cada uno de los habitantes de los Estados luego de cubrir la edad estipulada en los marcos normativos, fue un debate enorme durante la primera mitad del siglo XIX. Las reservas sobre abrir la posibilidad para ser universal, se debatió por décadas, puesto que las élites desconfiaban enormemente de la capacidad de ejercer el voto con responsabilidad gracias a la falta de educación, a la maleabilidad del pensamiento de las clases trabajadoras por la religión y los partidos políticos y a otros hechos que convirtieron el tema en una cuestión de profundo debate político y filosófico; sin embargo, la libertad y la igualdad, los estandartes de este mundo moderno y liberal fueron siempre el respaldo de quienes abogaron por la participación igualitaria de hombres y mujeres.
Art. actualizado: Agosto 2023; sobre el original de julio, 2014.
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