Definición de Teoría Queer
Profesora en Filosofía
Conjunto de corrientes de pensamiento que se inscriben dentro de los marcos de la noción de lo queer, que proviene, en su origen, de los movimientos políticos de la disidencia identitaria, especialmente, las disidencias de género. Es decir que se trata de un término que fue acuñado como parte de una lucha política y, luego, recuperado desde ciertas prácticas académicas.
La organización del movimiento social queer tuvo profunda repercusión sobre el ámbito académico, como consecuencia de ello, dentro de ciertos círculos abocados a los estudios culturales y al feminismo, se acuñó la expresión teoría queer. Este proceso tuvo lugar, principalmente, en los Estados Unidos, pero se extendió, en el panorama de la academia, a escala planetaria. La filósofa italiana Teresa de Lauretis (1938) fue una de las primeras en recuperar el término queer para dar cuenta del giro producido al interior de las Humanidades respecto de los estudios gay-lésbicos, a partir del diagnóstico de que éstos últimos mostraban una tendencia hacia la homogeneización y normalización de lo que, en su inicio, se había planteado como un posicionamiento disidente.
Lo queer, en este sentido, excedía las categorías de la discursividad homosexual, poniendo de relieve los entrecruzamientos con las categorías de raza y clase social. Luego, el género, las prácticas sexuales, la raza y la condición de clase, eran categorías que, en la práctica, aparecían interrelacionadas, de modo que la teoría debía analizarlas en su conjunto. En la actualidad, los estudios queer se han consolidado al interior de la academia como una temática de reflexión específica.
Los orígenes del concepto queer
La palabra queer —traducida del inglés como “raro”, “extraño”— era utilizada en el habla corriente (en las sociedades angloparlantes contemporáneas), como una forma de denominar, con una connotación despectiva, a las personas que se identificaban con identidades genéricas y sexuales que no cumplían con los “estándares” impuestos por la sociedad, a saber, las personas no heterosexuales o cuyas identidades de género no se correspondían con su asignación de sexo al nacer (personas transgénero).
Hacia fines del siglo XX, se produce un movimiento de reapropiación del término, por parte de aquellas personas que eran segregadas por sus elecciones sexo-genéricas, quienes toman lo queer como una bandera bajo la cual se reivindica un posicionamiento económico, político y cultural. Frente al orden social vigente, reivindicarse como queer resultaba un modo de resistencia ante una serie de violencias estructurales que se presentaban en términos de normalidad. Así, al interior de la sociedad estadounidense, la palabra queer comienza a ser empleada, de manera irónica, en lugar de “gay” —cuya traducción al español es “alegre”—, resignificando su uso para denunciar la discriminación hacia esas identidades.
De esta manera, progresivamente, fue constituyéndose el movimiento queer, como un movimiento social articulado en torno a la reivindicación de modos de vida disidentes respecto de una sociedad que se basaba en la exclusión, la marginación y que ejercía múltiples violencias hacia quienes no se ajustaban a la norma establecida. El movimiento queer retoma como herencia a las organizaciones políticas feministas y gay/lésbicas de los años ’60 y ’70, las cuales se consideran pioneras en la lucha contra la discriminación sexo-genérica.
El género en disputa
La obra de la filósofa estadounidense Judith Butler (1966) El género en disputa (1990) es reconocida como un escrito de referencia para la teoría queer. Allí, por un lado, se planteaba una crítica del heterosexismo predominante dentro de la teoría feminista hasta ese momento y, por otro lado, una reflexión en torno a los modos en que las normas de género impuestas tácitamente en las sociedades occidentales volvían invivibles ciertos tipos de vidas.
La apuesta más fuerte de las elaboraciones de Butler ha sido mostrar de qué manera el género y la sexualidad son construidos o actuados, a partir de prácticas, convenciones e instituciones; por lo tanto, no se dan naturalmente ni dependen estrictamente del dato biológico.
Si bien Butler hace hincapié sobre los estudios de género, sus desarrollos se extienden a una elaboración de la identidad, en términos generales, como el resultado de una serie de prácticas que son materiales y que pueden variar a lo largo del tiempo, a diferencia del modo en que la tradición occidental la había definido, bajo categorías esencialistas, como un rasgo invariable e ideal.
Trabajo publicado en: Jun., 2022.
Referencias
Pérez, M. (2016). Teoría Queer, ¿para qué?. Isel, 5, 184-198.Escriba un comentario
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