Definición de Vacaciones
Título de Profesora de Biología
Las vacaciones (en singular vacación, si bien se utiliza la expresión plural indistintamente) son un derecho individual en el que a la persona se le permite dedicar un cierto periodo de tiempo a sí misma, capaz de extenderse, según el caso, al grupo familiar o de amigos, pausando las actividades laborales (conforme el acuerdo de trabajo), y/o educativas (abarcando todos los niveles), con base en las normas jurídicas locales.
Beneficios y necesidad de las vacaciones
Una de las experiencias más satisfactorias y, a la vez, emocionantes de la vida, se produce cada tanto que recibimos la confirmación del inicio de un período de vacaciones. Descriptible como el preámbulo de una sucesión de eventos ansiosamente esperados por largo tiempo, orientados en su mayoría hacia los mundanos placeres del no tener que hacer nada por una variable cantidad de días que, sin importar cuántos sean, siempre se considerarán como pocos, y que en la mayoría de las ocasiones se terminan ocupando en resolver todo aquello que hemos absurdamente postergado, pero, aun así, siempre son las muy gratas vacaciones. Uno de los más apremiantes intereses, es la oportunidad de tomar un descanso y recuperarnos de los desgastes físicos, psicológicos y emocionales, de las actividades que de manera intensa y prolongada nos han sometido a diversos niveles de estrés, ya sea por trabajo o por estudios. En este sentido, aprovechar del merecido descanso nos otorga tiempo para:
1) desconectarnos del estrés diario, revitalizando cuerpo y mente;
2) revaluar los hábitos y rutinas, en búsqueda de corregir aquellas cosas que puedan estarnos afectando negativamente;
3) poder dedicarnos a las evaluaciones médicas pertinentes;
4) iniciar con nuevos hábitos, como hacer ejercicio o cambios en la alimentación, en modo de incorporarlos con el menor impacto posible;
5) dedicarnos a establecer, consolidar o fortalecer las relaciones con otras personas con quienes sí deseemos compartir, apartándonos, aunque sea por un rato, de las relaciones tóxicas o no tan gratas en las que nos vemos forzados a estar el resto del tiempo.
Si bien hay personas que no se trasladan a ningún lado y pueden quedarse en sus casas disfrutando de las vacaciones, con la premisa de «no hacer nada», de no tener horarios, y aún más, programarse actividades que por las obligaciones cotidianas no pueden realizarse, debemos destacar que las vacaciones se caracterizan por el viaje a algún lugar. En este sentido, se eligen destinos que ofrecen relajación, tal es el caso del mar y la playa, aunque también es frecuente aprovechar las vacaciones para conocer algún lugar de nuestro planeta que se desconoce.
Los planes trascendentales
Las vacaciones pueden representar el espacio que nos tomamos en la vida para materializar los más entrañables sueños, normalmente bajo la forma de sensacionales viajes que nos brindan la oportunidad de generar momentos memorables, conocer nuevos lugares y personas, y vivir experiencias que sobresalen por mucho de la rutinaria cotidianidad. Aprovechar entonces de las vacaciones para descubrir lugares paradisíacos, resulta también ser una excelente manera de ampliar nuestra visión del mundo, conocer nuevas culturas y aprender a derribar los esquemas mentales a medida que se comparte con todo tipo de personas.
Otras de las pautas que suelen quedar relegadas al período vacacional son las grandes trasformaciones, sean en el plano físico como en el personal. Las remodelaciones más laboriosas del hogar, que van desde la limpieza ultra profunda donde sacas hasta el último traste viejo del armario para luego pensar qué hacer con él, hasta el remplazo de todo el piso de la casa por el nuevo porcelanato que no pudiste evitar comprar, puede llegar a consumir una considerable fracción de las vacaciones, pero en realidad es bueno que sea así, ya que al estar libre y despejado de los compromisos obligatorios de una agenda establecida por terceros, se reduce considerablemente la carga de estrés que este tipo de situaciones autoinfringidas suele representar, además de permitirnos la dedicación completa para garantizarnos el logro de una remodelación bien hecha.
Tiempo para crecer
En cuanto a la libertad de poder dedicarnos a nosotros mismos el tan necesario espacio personal para la transformación introspectiva, estos períodos de descanso nos ayudan a encontrar los puntos de reflexión en los que hemos de trabajar, aprovechando de asumir nuevas herramientas por medio de la lectura placentera o la investigación de contenidos que nos inspiren a mejorar, del compartir con personas más sabias, capaces de brindarnos valiosos consejos y de la meditación consciente y autocrítica que nos dirija a encontrar las respuestas sobre aquellos cambios personales que hemos de realizar, en función de seguir creciendo como personas, para bien nuestro y del resto de la sociedad.
La trampa del aumento de la productividad
Como parte de los beneficios de las vacaciones, existe la perspectiva que le atribuyen, tanto el sistema educativo como el mundo empresarial, sobre la importancia que éstas tienen en función de sus conveniencias, habiéndose establecido como un derecho universal inalienable, tanto como parte de las reivindicaciones sobre las luchas históricas por el establecimiento de los propios derechos, cuánto por la compensación que los sistemas reciben al otorgarlos, considerándose en este hecho en particular, que la ausencia por un breve período de tiempo de la ocupación de las funciones educativas y laborales, deben proporcionalmente incrementar el rendimiento de las personas a su regreso.
Sin embargo, este cálculo en la mayoría de las ocasiones lleva a cuestionar las precisiones matemáticas de la realidad, ya que al retornar de las vacaciones se suele presentar cierto grado de resistencia a retomar la fatigante rutina, fenómeno que en muchos casos conlleva a la toma de decisiones aún más trascendentales, como el cambio de empleo o carrera, la solicitud de un ascenso o la exposición de los problemas que en definitiva no se desean seguir soportando, con las miras hacia prolongar lo más posible el estado de bienestar y plenitud alcanzado durante el descanso, que por demás, también tiende a generar un estado de apaciguamiento en el recién reincorporado quien rápidamente debe velar por vencer la inercia del deseo de una prórroga vacacional.
Un derecho adquirido
La noción de vacaciones es típica de las sociedades modernas, en las cuales el trabajo industrializado, planeado y regido por calendarios bastante rígidos es una de las principales características. Históricamente, las diferentes tareas laborales que podía ejercer el ser humano no distinguían entre tiempo de trabajo y tiempo de descanso (más allá de algunos momentos muy breves que tenían que ver más que nada con celebraciones religiosas): el hombre trabajaba a lo largo de todo el año, pero no lo hacía de forma tan intensiva como luego lo haría el ser humano industrializado. El disfrutar de relax y descanso eran privilegios exclusivos de las clases altas.
No sería hasta fines del siglo XIX y principios del XX que empezaría a hablarse de las vacaciones como uno de los derechos más importantes para cualquier persona independientemente de su condición social o tarea
En este sentido, se empezó lentamente a reconocer que, junto a las asignaciones familiares y a la jubilación, las vacaciones eran esenciales para que los trabajadores descansaran tanto corporal como mentalmente y disfrutaran el esfuerzo de todo un año. Y entonces es que se volvieron un derecho adquirido contemplado por la legislación.
Sin lugar a dudas debemos colocar a las vacaciones como una de las conquistas sociales más importantes del siglo pasado.
Las vacaciones suelen abarcar períodos de diez o quince días, en algunos casos hasta un mes entero, dependiendo del tipo de trabajo. Cada uno de estos períodos está pago, lo cual quiere decir que la persona sigue recibiendo su sueldo a pesar de no asistir a trabajar. En este sentido, el turismo ha crecido en gran modo hoy en día y es normal que para determinados momentos del año una gran parte de la población se encuentre viajando hacia destinos turísticos para disfrutar de sus vacaciones solas, en pareja o con la familia.
Art. actualizado: Abril 2024; sobre el original de diciembre, 2009.
Referencias
Hernández, J. G. (2014). Elementos delimitadores del derecho a vacaciones. THEMIS Revista de Derecho, (65), 59-80.Nowicka, P. (2008). Vacaciones en el paraíso (Vol. 45). Intermón Oxfam Editorial.
Escriba un comentario
Contribuya con su comentario para sumar valor, corregir o debatir el tema.Privacidad: a) sus datos no se compartirán con nadie; b) su email no será publicado; c) para evitar malos usos, todos los mensajes son moderados.