Definición de Violencia Doméstica

La violencia doméstica consiste, básicamente, en las diferentes formas de maltratar a las mujeres en la esfera de las relaciones personales o familiares. Esta realidad recibe otras denominaciones (en España se utiliza el concepto de violencia de género o en ocasiones se denomina violencia machista). En cualquier caso, se trata de un problema social grave, ya que afecta potencialmente a la mitad de la población, las mujeres.

No es un problema local o que afecte a una serie de países, sino que está extendido en todo el mundo, aunque en algunas zonas con mayor intensidad.

Causas y valoración

Los analistas en temas sociológicos intentan explicar las causas que originan esta realidad. En primer lugar, hay una razón de tipo cultural, según la cual la mujer debe estar sometida al hombre (lo que normalmente se conoce como machismo). El factor educativo también es relevante, ya que en ocasiones los niños y las niñas reciben una educación distinta y estas diferencias se manifiestan con posterioridad cuando son adultos. Otro elemento que interviene en este fenómeno es el nuevo rol social de la mujer, más independiente económicamente y con una mentalidad más abierta, una circunstancia que puede chocar con los planteamientos tradicionales de algunos hombres.

Al margen de las causas que explican (y en ningún caso justifican) la violencia doméstica, hay una respuesta social generalizada que rechaza radicalmente este tipo de conductas. Por esta línea, en los últimos años se han puesto en marcha diversas campañas para combatir y prevenir la violencia doméstica. En estas campañas de concienciación se presentan una serie de recomendaciones. La primera y fundamental es que la mujer denuncie cualquier acto de violencia y que no cometa el error de justificarla de alguna manera. Se aconseja también que se evite un victimismo mal enfocado por parte de las mujeres (cuando son maltratadas se bloquean y pueden llegar a pensar que se lo merecen o que han hecho algo mal). Hay una tercera recomendación: la total repulsa de cualquier acto de violencia, es decir, que no haya ninguna justificación.

No hay que olvidar que en otros tiempos no muy lejanos si había una cierta comprensión social y, de hecho, se hablaba de los «crímenes pasionales», con lo cual había un mensaje implícito de comprensión hacia la violencia (la pasión del momento se entendía como un posible eximente legal).