Definición de Abolir
Por abolir se entiende al acto de derogar o anular una ley, un precepto o una costumbre, según corresponda, en una determinada comunidad, hecho que generará por caso que a partir de ese acto la misma no se siga observando, cumpliendo como se venía haciendo.
Derogar una ley, uso o costumbre
Debemos destacar que el concepto está en estrecha asociación a cuestiones ciertamente complejas y graves que se han dado y siguen dando en el marco de las sociedades como son la pena de muerte y la esclavitud, afortunadamente esta última abolida en casi todo el mundo hace varios siglos.
Instituciones que se han creado en un determinado lugar y que luego se han querido suprimir, tal es el comentado caso de la esclavitud.
El término tiene su origen en el vocablo latino abolere que refiere justamente suprimir o quitar.
Por otro lado, a aquellas personas que se han dedicado a luchar incansablemente contra estas creaciones institucionales se las denomina como abolicionistas.
Cabe destacarse que además de estas instituciones legales se puede proceder a la abolición de ciertos usos y costumbres que pueden haber quedado obsoletos.
El Abolicionismo y su lucha contra la esclavitud
En tanto, a la acción y efecto de abolir, se la designa con el término abolición y pegado a este concepto nos encontramos con el abolicionismo, tal como se designa a aquella doctrina que impulsa la anulación de las leyes o de aquellos preceptos que suponen atentan contra los derechos humanos y los principios morales.
El mencionado concepto se emplea para denominar al movimiento que luchó intensamente por la abolición de la esclavitud.
En cada uno de los rincones del mundo en los cuales se peleó para que la esclavitud desaparezca, el abolicionismo, tuvo sus propias singularidades, aunque, a Portugal se lo considera como uno de los países pioneros en el tema, ya que el Marqués de Pombal decretó la abolición de la esclavitud en su nación en el año 1761, posteriormente, en el año 1854, se ocupó de decretar la liberación de todos los esclavos de sus colonias, hasta que finalmente, quince años después, se concretaría la abolición por completo de la misma en todo el territorio portugués.
Si bien la abolición está estrechamente vinculada al concepto de la esclavitud, también acepta otros significados… Por ejemplo, existe un movimiento que emplea la misma designación de abolicionismo pero que promueve algo totalmente diferente, que los animales no sean tratados como meras propiedades y que sean reconocidos los derechos de todas las especies.
Por otro lado, también se emplea el concepto en relación de la prostitución forzada, con la misión de combatir aquellas causas que la provocan, tales como la coacción, las desigualdades económicas, entre otras.
Y por otra parte hasta el mismísimo trabajo asalariado cuenta con su propia corriente abolicionista, que lo considera una directa extensión de la esclavitud.
La polémica alrededor de la pena de muerte
Y no podemos soslayar el siempre candente y en vigencia tema de la pena de muerte.
Si bien en muchos países se ha abolido, en otros tantos, como los Estados Unidos, para nombrar a uno de los estados modernos y democráticos que la siguen avalando, la pena de muerte sigue vigente, por supuesto en aquellos estados en los que no ha sido derogada la norma.
Y así es que la misma sigue vigente como castigo en algunos estados de los Estados Unidos, en ilícitos graves por supuesto, como por ejemplo los asesinatos con alevosía.
Sobre esta cuestión existen muchas controversias, hay obviamente voces a favor y en contra de la misma.
Quienes están a favor de este tipo de pena tan drástica, como es asesinar a un delincuente juzgado y hallado culpable de un crimen, sostienen entre otras argumentaciones que de esta manera se podrán impedir próximos delitos, que quien ha cometido un delito tan grave como el asesinato no tiene derecho a seguir con su vida ni a ser protegido por la sociedad porque él no tuvo ningún tipo de compasión con su víctima, y también se sostiene el argumento de la reparación a los deudos.
Que la vida es un derecho fundamental y que su continuidad no puede estar en manos o ser determinada por el estado bajo ningún pretexto o circunstancia, son los argumentos de quienes están en contra.
Trabajo publicado en: Feb., 2011.
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