Definición de Alzamiento de Pascua
Periodista esp. e investigador
Irlanda es una de esas naciones que ha tenido que luchar por su independencia política. Un hecho clave para galvanizar dicha lucha aunque no consiguiera directamente la independencia, fue el llamado Alzamiento de Pascua.
El Alzamiento de Pascua de 1916 fue un intento, por parte de organizaciones irlandesas favorables al establecimiento de una república independiente, de alzarse militarmente aprovechándose de la debilidad del Reino Unido, empantanado en la Primera Guerra Mundial.
El alzamiento coincidió en fechas con la festividad de Pascua de 1916 (de ahí su nombre), y duró seis días. Se dió principalmente en Dublín, con algunas acciones aisladas en otras partes del país.
No fue el primer alzamiento que tuvo lugar en Irlanda contra los ocupantes británicos, pero si uno de los más importantes y, sin lugar a dudas, el más trascendental.
Para dicho alzamiento, los independentistas irlandeses quisieron contar con el concurso del Imperio Alemán.
Ya he dicho antes, que se aprovechaba de la participación británica en la Primera Guerra Mundial y, por lo tanto, era lógico aplicar la máxima “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”.
El interés de los germanos parecía inicialmente sincero (fuese o no por la libertad de los irlandeses, a fin de cuentas favorecía a los intereses de estos), y se llegó a hablar del envío de armas y del desembarco de una fuerza expedicionaria alemana en la isla para poder contener el previsible contraataque británico.
Para los germanos, esto hubiera podido significar la apertura de un segundo frente contra Gran Bretaña, que hubiera llevado el país a distraer tropas de su frente europeo y, por lo tanto, a debilitar la posición francesa, que dependía del auxilio de las tropas aliadas para mantener el frente.
A la hora de la verdad, el interés alemán decayó -probablemente por considerar poco viable llevar a buen puerto su participación en el complot-, y aunque anuló el envío de la fuerza expedicionaria, mantuvo el de las armas. Desgraciadamente para los irlandeses, el barco alemán con el armamento fue detectado y hundido por la Royal Navy.
Este incidente alertó a los británicos de que algo iba a pasar (y acertaron en apuntar a una acción de revuelta), y retrasó el plan un día, desmovilizando también a una parte de los voluntarios, pero no lo paró.
A primera hora del lunes 24 de abril de 1916, los voluntarios irlandeses de diversas organizaciones que se habían confabulado para el complot, ocuparon diversas dependencias y proclamaron la República.
La principal de estas dependencias, y que se convirtió en un símbolo del alzamiento (a día de hoy aloja un museo dedicado a él) fue la céntrica oficina de correos, en la cual se hizó la bandera republicana, y desde donde se leyó la proclema de independencia.
Aunque entusiastas, los bisoños militantes republicanos cometieron algunos errores, como no ocupar el castillo de Dublín (símbolo de la dominación británica en la ciudad y en la isla) estando incluso en superioridad numérica en este caso frente a sus adversarios.
Pese a que la inteligencia británica estaba alertada de la posibilidad de acontecimientos, esta información no había sido comunicada al ejército (probablemente por seguir abierto el proceso de investigación), así que las tropas británicas en la ciudad fueron tomadas por sorpresa.
Eso hizo que, pese a los fallos como el comentado del castillo de Dublín, o el Trinity College, los independentistas pudieran consolidar los puntos ocupados de la ciudad.
Durante los subsiguientes días, las fuerzas británicas sumaron refuerzos traídos directamente desde el Reino Unido, gracias a que los irlandeses no se habían podido hacer con el control de los dos puertos de la ciudad.
Desconocedores de la dimensión real de las fuerzas a las que se enfrentaban, las tropas británicas procedieron primero con cautela para tantear al enemigo, recuperando algunas posiciones como el ayuntamiento de la ciudad, hasta delimitar los diferentes focos “rebeldes” y darse cuenta de que podían aislarlos y atacarlos por separado gracias a su amplia superioridad numérica y material. Fuera de Dublín hubo algunas acciones puntuales, nada de relevancia.
La artillería británica hizo estragos (los irlandeses acrecían de cañones).
El fuego cruzado en infantería fue escaso, pues los británicos, sabedores de su posición ventajosa, se limitaban a bombardear las posiciones irlandesas esperando la inevitable rendición, ya que estas posiciones eran insostenibles bajo fuego de artillería sin tener nada con qué responderlo, ni poder recibir refuerzos.
Durante estos días, algunos ataques británicos que sufrieron grandes bajas gracias a la destreza de los soldados irlandeses, fueron contestados con masacres de civiles simpatizantes con la causa independentista. En vista de la situación, las tropas irlandesas se rendían el sábado 29 de abril.
En su comunicado de rendición, Patrick Pearse (comandante militar del movimiento en aquellos momentos) adujo la voluntad de evitar más víctimas civiles.
Lo curioso del Alzamiento de Pascua es que fue un éxito a posteriori, es decir, que en su momento podría caliicarse de fracaso, pero propició tal represión por parte de los británicos, que puso a la opinión pública de parte de los independentistas.
En las elecciones de 1918, el Sinn Féin conseguía la mayoría abrumadora de los escaños, que no tomaría, para formar en cambio el primer parlamento soberano de la República de Irlanda.
Esto desembocaría primero en un conflicto armado contra los británicos, el reconocimiento de Irlanda como un estado libre asociado después, y finalmente a la proclamación de la república.
Trabajo publicado en: Jun., 2018.
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