Definición de Ambrosía

Los dioses de la mitología griega eran inmortales. Esta singularidad tiene una explicación: la ingesta de una sustancia llamada ambrosía. En los relatos mitológicos no se especifica con precisión qué era exactamente dicha sustancia, pero gracias a ella las divinidades tenían el don de la vida eterna.

Desde el punto de vista de la etimología el vocablo griego ambrosía quiere decir precisamente inmortalidad.

El consumo de esta sustancia no solamente proporcionaba la inmortalidad, sino que también otorgaba a los dioses la eterna juventud y la cura de cualquier enfermedad.

En el nacimiento del dios Zeus se cuenta que esta mágica sustancia provenía de los cuernos de la ninfa Amaltea, quien amamantó a Zeus en una cueva tras su nacimiento. Antes de la aparición de la ambrosía los dioses conquistaban la inmortalidad inhalando los vapores que desprendían los cuerpos de sus enemigos al morir.

Dioses y humanos

En los relatos mitológicos llama la atención que los dioses tienen virtudes y flaquezas como las de cualquier ser humano. Se enamoran, tienen celos, a veces son vengativos, unos son amigables y otros tienen malas intenciones.

A primera vista, los dioses son como los humanos. Sin embargo, ellos tienen a su alcance una sustancia mágica y gracias a ella el paso del tiempo no les afecta. En realidad la gran diferencia entre los humanos y las divinidades se encuentra en el poder de la ambrosía.

Una interpretación del mito

La mayoría de mitos tienen una dimensión atemporal. Son ideas que permanecen profundamente arraigadas en el espíritu humano. En este sentido, la ambrosía simboliza la permanente lucha del hombre por vencer a la muerte, a las enfermedades y al envejecimiento.

En algunos mitos griegos se recuerda que en ocasiones algún hombre tenía la oportunidad de probar la sustancia milagrosa. Cuando esto ocurría se convertía en un semidiós o bien conseguía una fuerza física exagerada.

En la mitología nórdica, céltica, en el hinduismo y en el taoísmo también hay referencias a pócimas mágicas que proporcionan poderes sobrenaturales. Durante la Edad Media, surgieron nuevas historias centradas en el elixir de la eterna juventud. En el siglo XXl los seres humanos continuamos con este combate para derrotar al inexorable paso del tiempo. De hecho, en los últimos años han aparecido nuevas propuestas supuestamente científicas que sostienen la viabilidad de la vida eterna.

Las sustancias mágicas de otras épocas se han sustituido por procedimientos genéticos y avances moleculares, pero el anhelo de inmortalidad es exactamente el mismo que hace miles de años.

Por último, vale la pena recordar que la industria cosmética y el sector de la cirugía estética se fundamentan en el deseo de ralentizar el envejecimiento.

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