Definición de Aquiescencia
Etimología del término y una aclaración inicial. Aquiescencia viene del vocablo en latín acquiescentia que, a su vez, proviene del verbo aquiescere que significa descansar o reposar. Así, originariamente la acquiescentia tenía relación con el hecho de descansar o estar quieto pero el vocablo fue evolucionando y adquirió un nuevo sentido definitivo, expresando la idea de estar de acuerdo con algo o consentir. De esta manera, la aquiescencia es la autorización, conformidad, aprobación o consentimiento.
El uso del término
En primer lugar hay que indicar que se trata de un cultismo, pues no se emplea en el lenguaje corriente. En la siguiente oración: «mi hijo salió del colegio antes de acabar las clases con la aquiescencia del profesor» el término aquiescencia podría sustituirse por autorización, aprobación, permiso u otros, todos ellos más comunes y cotidianos.
Tener la aquiescencia de alguien implica obtener un permiso de otra persona con algún tipo de autoridad. En el ámbito parlamentario es frecuente el uso de frases como «con la equiescencia del presidente de la cámara solicito hacer uso de la palabra». Algo similar podría ocurrir en el contexto de un juicio, en el que un abogado solicita del juez su consentimiento con algún propósito. Quien solicita la aquiescencia está pidiendo el asentimiento de una persona que ostenta una autoridad.
No tener la aquiescencia de alguien supone, por lo tanto, no tener permiso para hacer algo. La palabra beneplácito sería un sinónimo de aquiescencia, pero en ambos casos estaríamos ante vocablos cultos y escasamente empleados en la comunicación coloquial.
El uso de cultismos
Las formas cultas del lenguaje se deben emplear en aquellos contextos en los que resulta apropiado hacerlo. En el ámbito jurídico o en un texto muy formal es pertinente utilizar la palabra aquiescencia, pero en situaciones corrientes sería inadecuado, ya que podría ser valorado como una forma de pedantería.
La mayoría de cultismos provienen del griego o del latín. Si bien los cultismos pueden ser chocantes en ciertos contextos, en muchas ocasiones los cultismos se han integrado en el lenguaje corriente. Prueba de ello son vocablos como curriculum vitae, campus, paradigma, filia o fobia.
El uso de palabras cultas crea cierta confusión. Si alguien va al médico porque tiene un dolor de cabeza, es posible que el médico utilice la palabra cefalalgia. Lo mismo sucede con la mayoría de términos empleados en la medicina (otitis, dermatitis, plasma, epidemia, osteopatía, pericardio o protuberancia).
Fotos: iStock – ChrisChrisW / annebaek
Trabajo publicado en: Abr., 2016.
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