Definición de Atentado de Falsa Bandera
Periodista esp. e investigador
Aunque el término “atentado de falsa badera” pueda parecernos moderno, lo cierto es que la práctica de acciones de tipo terrorista o bélico simulando una procedencia o intereses de otros es casi tan antigua como la historia misma.
Por ejemplo, puede que no sepas que el incidente que disparó la invasión nazi de Polonia en 1939 fue el asalto, por parte de soldados polacos, el 31 de agosto de 1939 a una emisora de radio alemana en territorio germano (el llamado incidente de Gliwice), en el cual se produjeron varias muertes, y los polacos aprovecharon para radiar consignas a favor de su país… sólo que la realidad era diametralmente opuesta de lo que acabo de narrar.
Realmente, fueron agentes de la inteligencia alemana que hablaban un perfecto polaco quienes tramaron el ataque, uniformados como soldados del país vecino, y los muertos fueron cadáveres previamente preparados, seguramente de presos de quienes el régimen nazi quería desprenderse.
Ese ataque “falsificado” sirvió de excusa a Alemania para declarar la guerra a Polonia. Fue un ataque de falsa bandera.
un ataque o atentado de falsa bandera consiste en una acción bélica o terrorista realizada simulando proceder de un grupo o ejército al que, en realidad, no pertenecen quienes perpetran la acción, con la intención de provocar una guerra o sacar algún tipo de ventaja política.
Es decir, se realiza una determinada acción, se reivindica en nombre del enemigo, y se utiliza como excusa para iniciar un conflicto u obtener un rédito político.
Si nos remontamos a la antigüedad, Darío I el grande de Persia subió al poder (del 522 a.C al 486 a.C) tras el asesinato de Cambises, supuestamente por un mago usurpador del poder, Gaumata, del cual se duda incluso de su existencia.
Obviamente, la sospecha -imposible de comprobar- es que Darío hizo asesinar primero a Esmerdis y luego a Cambises para hacerse con el poder, achacando ambos magnicidios al tal Gaumata.
Muchos historiadores citan el gran incendio de Roma, en el 64 d.C, también como una acción de falsa bandera.
Eso es por el hecho de que algunos historiadores afirman que el incendio fue obra de Nerón, que luego culpó a los cristianos, desatando la que sería primera persecución a este colectivo religioso, aunque la mayoría coincide en apuntar un origen fortuito a las llamas.
Sea como fuere, Nerón utilizó a los cristianos como chivo expiatorio para diferir la atención de las masas, apuntándola a otro lugar que no fuera su persona. Fuese o no provocado el incendio, la verdad es que Nerón aprovechó el espacio que fue pasto de las llamas para construir su Domus Aurea.
Otro ejemplo de acción de falsa bandera, este más reciente, fue el atentado que hundió el barco Rainbow Warrior de Greenpeace anclado en el puerto de Waitemata (Nueva Zelanda), acción que nunca ha sido reivindicada, pero que se sabe fehacientemente que fue llevada a cabo por agentes de la Dirección General de Seguridad Exterior de Francia.
El motivo era evitar que el barco realizara una protesta en aguas del atolón de Mururoa, donde el país galo había realizado sus pruebas nucleares.
Tal vez la acción de falsa bandera más conocida fue la que detonó la participación norteamericana en la Guerra de Independencia de Cuba.
El 15 de febrero de 1898, una explosión daba paso al hundimiento del acorazado USS Maine anclado, en visita de cortesía, en el puerto de la Habana. Este hecho, tomado como un sabotaje español, fue aprovechado por el gobierno norteamericano para declarar la guerra a España.
Se sabe que la explosión del Maine fue interna, aunque no parece haber sido provocada sino accidental, con la cual cosa, si bien técnicamente no fue una acción de falsa bandera, sí fue aprovechada como tal.
Fotos Fotolia: lassedesignen / angkritth
Trabajo publicado en: May., 2018.
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