Definición de Autoescuela
Para la conducción de vehículos a motor es obligatorio obtener una certificación que acredite unos conocimientos sobre distintas materias. Estos conocimientos se adquieren normalmente en unos centros especializados, las autoescuelas, donde el aspirante a conductor se ejercita en la teoría y en la práctica de la automoción.
Para obtener el permiso de circulación, la persona debe superar unas pruebas médicas básicas que garanticen sus condiciones de visión, audición y aptitudes psicofísicas en general.
Desde un punto de vista pedagógico, estos centros formativos proponen varias estrategias:
1) el profesor explica los distintos temas que aparecen en el manual,
2) se realizan simulaciones de test antes del examen definitivo y
3) se proyectan imágenes y videos de casos prácticos.
La finalidad de estos centros formativos es doble: 1) garantizar que los conductores tienen la adecuada destreza y los conocimientos suficientes para circular por las diferentes vías y 2) promover la cultura de la seguridad vial en las carreteras.
Conocimientos teóricos
En los manuales de las autoescuelas se incluye toda la normativa de tráfico que el estado considera necesaria. En este sentido, un conductor debe tener conocimientos sobre un amplio abanico de temas: tipos de señales y su significado, utilización del alumbrado, distintas modalidades de adelantamiento, cruce de pasos, señales de balizamiento y, en definitiva, todo el código de circulación. Así mismo, el candidato a conductor debe conocer una serie de reglas sobre otros asuntos, como las diferentes sanciones, el sistema de puntos, el transporte de mercancías o las normas de seguridad al volante.
Una vez que el alumno ha asimilado las materias del manual, ya está en condiciones de presentarse a un examen teórico. Esta prueba presenta el siguiente planteamiento: un conjunto de preguntas o situaciones hipotéticas tienen varias respuestas alternativas y solo una de ellas es la correcta.
Conocimientos prácticos
Como regla general, cuando se ha superado la fase teórica se inicia la fase práctica. En ella el conductor va adquiriendo una serie de habilidades conduciendo un vehículo en un contexto de tráfico real. En todas las clases prácticas el profesor de la autoescuela se sitúa en el asiento del copiloto para ir indicando al conductor qué tipo de actuaciones al volante son adecuadas o no. En este sentido, el profesor supervisa que el alumno es capaz de emplear en la práctica los conocimientos teóricos que ya ha adquirido.
Al margen de las destrezas propias de la conducción, los conductores se forman en otras habilidades complementarias (posibles situaciones de emergencia, conducir con lluvia o cómo ahorrar combustible).
Por último, el maestro de autoescuela enseña al alumno las actitudes necesarias para que el alumno sea un conductor responsable.
Fotos: Fotolia – John Takai / Mhaprang
Trabajo publicado en: May., 2018.
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